Lluvias e inundaciones, consecuencias

El cambio climático sucede ahora, a pesar que para algunos funcionarios sigue siendo una problemática para el futuro, mientras que la realidad demuestra que está entre nosotros, con grandes y complicados efectos para las personas, sus bienes y el ambiente. Padecemos un mayor flujo de agua, un aumento considerable de lluvias en y fuera de las estaciones como consecuencia del calentamiento global, que impacta de manera significativa sobre la variabilidad del clima. Aumenta la temperatura y acelera algunos ciclos que hacen variar las precipitaciones y sus consecuentes inundaciones.

El cambio climático altera el ámbito geográfico y la estacionalidad provocando desastres naturales como las olas de calor y de frío, inundaciones y sequías. La situación en el Chaco como consecuencia de las inundaciones en el interior,  es producto del calentamiento global. El cambio en las precipitaciones no es casual, tiene una íntima conexión con la deforestación en el lugar. Los bosques y el cambio climático están íntimamente ligados, la deforestación acarrea las precipitaciones que se padecen.

Vergonzosas las afirmaciones sobre el tema, “puede ser, dijo alguien por ahí”. Contundente, la deforestación, es la causa de las lluvias intensivas y las consecuentes inundaciones, hay razones físicas para esperar que el calentamiento global y las precipitaciones intensas se repitan con mayor severidad por esa deforestación. Cuanto mayor es la temperatura de la atmósfera, mayor es el contenido de vapor de agua que puede albergar y, por lo tanto, los sistemas precipitantes tienen más agua disponible y es mayor la probabilidad de lluvias torrenciales.

Los fenómenos extremos se corresponden con las acciones humanas que aumentaron las emisiones de dióxido de carbono, unos de los gases del calentamiento global a consecuencia de la deforestación masiva. En el Chaco es salvaje, parte de un 4,3 % de la deforestación global que ocurre en Argentina, a partir del cambio de uso del suelo, principal fuente de emisiones de carbono. El carbono incrementa la temperatura media del planeta, sobrevienen días calurosos y olas de calor, sequías e inundaciones, tormentas tropicales y vientos huracanados.

Los bosques atrapan y almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, y contribuyen considerablemente a mitigar el calentamiento global y, cuando se destruyen, ese carbono que absorbían en sus troncos y hojas vuelve a la atmósfera, causando un doble impacto negativo. De hecho, se estima que el 30 por ciento de los gases de efecto invernadero que cada año se liberan a la atmósfera, se deben a la deforestación.

Quienes otorgaran los permisos para desmontar, enmascarados en la sustentabilidad del bosque sin intervención de la legislatura, lo hicieron para y por la agricultura. Para ellos la tendencia mundial sobre la base de la ciencia, les hace saber que habrá un desplazamiento de toda la zona agrícola-ganadera, como consecuencia del cambio climático, los fenómenos pluviales y el aumento de la temperatura. A su vez las escorrentías (escurrimientos) de las aguas de zonas inundadas, van arrastrar desechos y venenos de los cultivos contaminando todo el sistema hídrico.

Para los que publicaron que la mortandad de peces ocurridas recientemente en nuestros humedales, fue por la temperatura del agua o la falta de oxígeno, el reciente estudio del Conicet los contradice, estudio mediante detectó la presencia alarmante de agroquímicos y metales pesados en el Río Paraná. No existe razón de Estado ni intereses económicos de las corporaciones que justifiquen el silencio cuando se trata de la salud pública, decía el investigador Andrés Carrasco (1946-2014), que denuncio los efectos nocivos del uso de glifosato.

Sostiene el biólogo Dr. Damián Marino, a cargo de los estudios, investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la Plata, que los resultados comprobaron la presencia de residuos de agroquímicos y metales pesados en las desembocaduras de los arroyos o ríos que drenan desde el interior del país hacia el Paraná. En el tramo superior “hay concentraciones de distintos insecticidas de uso agrícola”, mientras que de la zona media hacia la baja “una contaminación múltiple” principalmente con glifosato, endosulfan, prohibido en el país y sus reemplazantes: clorpirifós y cipermetrinas.

El responsable del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, aseveró que no tiene riesgos para humanos, sirve para matar malezas. Cuando se le dijo que mataba personas, no está probado, hay gente que se ha tomado un vaso de glifosato, para suicidarse, y no le ha pasado nada, el glifosato puede causar el mismo daño que agua con sal. Sin embargo en sólo ocho meses, los tribunales de Estados Unidos condenaron en tres oportunidades a la multinacional por producir cáncer y, en la última sentencia, se destacó que ocultó los riesgos del glifosato, mientras más de 11.000 juicios esperan sentencia.

De los 17 objetivos del Desarrollo Sostenible 2030, compromiso asumido por el gobierno del Chaco, a juzgar por las reuniones que se publicita con la participación de funcionarios y municipios, señalo sólo los tres primeros: 1. Fin de la pobreza, 2. Hambre cero y 3. Salud y bienestar. Todas las cuestiones que señalo arriba y abajo se relacionan y son consecuentes con la debida “prospectiva estratégica” que se lleva adelante, es decir el estudio de los posibles futuros de los chaqueños frente a los desastres ambientales actuales.