El cambio climático también demanda una respuesta global, por Rául Coronel

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La pandemia que nos afecta provocó una respuesta global y coordinada de casi todos los Estados del mundo, a instancias de la comunidad científica que pidió se movilicen recursos para evitar la catástrofe. También esos científicos afirman que COVID-19 aún no es un problema mayúsculo para la salud mundial, frente a la superior cantidad de defunciones que provocan otras enfermedades como la tuberculosis o el cáncer de pulmón, la influenza, neumonía, etc.

Los Estados, las grandes corporaciones y las potencias que mueven los hilos del mundo se han resignado a medidas costosísimas que implican pérdidas multimillonarias, pese a ser preventivas, atendiendo a la rápida difusión mediática y a los avances científicos que permiten anticiparse al crecimiento del contagio. Conlleva tomar medidas extremas permitiendo proyectar cuán rápido y cuánta gente se puede contagiar.

La comunidad científica del Colegio Imperial de Londres, una de las Universidades más prestigiosas del mundo, publicó un informe demoledor contra el criterio político del primer ministro del Reino Unido, de un país abierto frente a la pandemia, sobre la base de la inmunidad del rebaño o colectiva. Que al contagiarse mucha población desarrollaría inmunidad y esto protegería a quienes aún no estaban contagiados. Pero el informe científico les dijo que se infectaría el 80% de la población y morirían en el mejor de los caso unas 250.000 al no estar vacunados.

Han sido las advertencias científicas que obligaron a las grandes potencias, a tomar medidas de un costo económico y fiscal aún más incalculable. Y no ha sido la primera vez que requieren movilizar recursos para evitar una catástrofe. Hace más de 20 año que el Grupo de Expertos en Clima viene alertando del aumento de la temperatura mundial originada por los gases del efecto invernadero, por deforestación y quema de combustibles fósiles, dando proyecciones en sus informes con consecuencias muy graves para el mundo.

Se debe lograr que las emisiones de carbono se reduzcan lo suficiente para mantener el aumento de temperatura en 1,5C° respecto de los niveles preindustriales, objetivo que está lejos de ser alcanzado aún, siendo las consecuencias para el planeta como mínimo devastadoras. La subida del nivel del mar, el cambio del ciclo del agua en todo el planeta, el aumento en la frecuencia de lluvias excepcionales e inundaciones, mayores periodos de sequías y olas de calor más extremas y frecuentes, son algunas de las consecuencias en este escenario optimista.

Los cambios en el clima afectarán a todos los biomas de la tierra, críticamente el ártico, la  producción de alimentos, la provisión de agua y la vida de la humanidad. Lo grave es que si seguimos en el rumbo actual, la temperatura media de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Por lo tanto el problema del Cambio Climático y del Calentamiento Global requiere con urgencia que los países desarrollados avancen hacia una economía baja en carbono.

 

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

El Tratado de Paris de 2015, que rige en nuestro País por ley del Congreso Nacional,  establece metas de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero globales y a su vez la máxima precaución respecto de los recursos naturales y su producción de alimentos, en el marco del desarrollo sostenible y sostenido, Sin embargo los gobiernos poco o nadan hacen para ajustar sus actividades de contralor protegiendo ese derecho de las generaciones presentes y futuras.

Lamentable y perversa la acción de la funcionaria del área, al parecer sin experiencia alguna y de nulo conocimiento en las cuestiones ambientales, ni de sentido común, que impulsó el acto administrativo habilitando la pesca comercial depredadora en nuestros ríos, incluso con una extraordinaria bajante. Puso en riesgo un recurso natural como es la riqueza de la fauna ictícola de la región, le cabe sin duda alguna asumir los costos de reparación del pasivo ambiental y de las acciones penales que correspondan.

La pandemia del COVID-19 sometió a casi la mitad de la humanidad a distintas medidas de cuarentena y aislamiento como consecuencias de las advertencias de los modelos de riesgo científicos, logrando se tuvieran que tomar acciones más o menos coordinadas sacrificando la ganancia empresaria en favor de la salud. La  pregunta que nos debemos hacer, es que si la cuestión de salud que nos afecta, permitirá a la humanidad en conjunto, fijar prioridades para el cuidado del clima y los recursos, en un mundo dominado por la maximización del lucro y las ganancias.

La gobernanza regional y local debe coordinar con la misma inteligencia que lo viene haciendo respecto de la pandemia, una acción mancomunada para todas las cuestiones que hacen al logro de las metas de los acuerdos internaciones para el cambio climático, el calentamiento global, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, evitar la deforestación, proteger nuestros recursos naturales y la seguridad alimentaria en el marco del desarrollo sustentable.

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