“El mosquito Aedes aegypti y los bosques”, por Raúl Coronel

Compartir

Los bosques, los agentes patógenos, la deforestación, los cambios del uso del suelo que se interrelacionan entre sí, pasaron a ser nuevos factores de las enfermedades humanas y han influenciado de manera reveladora la biología del hombre. Los estudios científicos sobre enfermedades infecciosas señalan que al haberse alterado la cubierta vegetal como consecuencia de la deforestación salvaje y la parcelación de los bosques para actividades agrícolas  contribuyeron directamente en la aparición del dengue entre otras enfermedades.

La tala de árboles para los cultivos en las zonas tropicales como en el Asia dio origen a patógenos que produjeron la peste de la viruela. El clima húmedo y cálido, la agrupación de humanos, los animales domésticos, la flora y fauna silvestre constituyen un ambiente excelente para la evolución, supervivencia y transmisión de los agentes patógenos desde hace varios miles de años y hasta nuestros días.

Recientes estudios científicos afirman categóricamente que la enfermedad del dengue tiene una estrecha relación con el cambio climático, como consecuencia del desmonte y/o la tala del bosque para la siembra de cultivos extensivos como la soja.  Al destruirse el bosque se liquidó el refugio y hábitat natural y se favorece el aumento descontrolado de la población de Aedes aegypti que se adaptó como mosquito doméstico,

La enfermedad viral del dengue se transmite sólo a través de la picadura del mosquito hembra infectado Aedes aegypti y no de persona a persona, ni a través de objetos o de la leche materna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que los síntomas son fiebre elevada, 40ºC, acompañada de otros, como el dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.

Nos preocupa la pandemia, pero el dengue es otro tema muy serio que no tenemos que descuidarlo, debe insistirse los cuidados preventivos eliminando las fuentes de cultivo del mosquito, principalmente con el descacharreo y corte del pasto. En la actualidad, la incidencia del dengue aumentó enormemente en el mundo, en nuestro país y en el Chaco, representando un problema importante de salud pública de sus habitantes.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que este mosquito es doméstico, vive en y cerca de las casas y se reproduce en cualquier recipiente artificial o natural de aguas limpias. La prevención consiste en reducir las poblaciones de mosquitos y evitar las picaduras, que suelen ocurrir principalmente durante el día, con su  eliminación y control de criaderos del Aedes aegypti, disminuyen las posibilidades de que se transmita dengue, zika, chikungunya, y también fiebre amarilla.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

El dengue presenta fiebre habitualmente más alta, así como dolores musculares más fuertes y puede ocurrir sangrado. La chikungunya también produce una fiebre alta, con dolor más intenso en las articulaciones y menos intenso en manos, pies, rodillas y espalda. Puede doblar de dolor a las personas para caminar, de ahí el nombre chikungunya en dialecto africano. El zika no presenta rasgos particularmente característicos, pero en la mayoría de los pacientes se observan erupciones en la piel y también en algunos casos conjuntivitis.

El mosquito vive en nuestras casas y en sus alrededores, el aedes aegypti puede estar presente en cualquier recipiente que acumula agua en las casas, patios, jardines, balcones y terrazas. Las botellas, floreros, tachos, baldes, palanganas, bebederos de animales, tanques de agua, porta macetas, lonas o bolsas arrugadas, tanques de agua son potenciales criaderos. No se cría en charcos, zanjas, lagos, lagunas o ríos, lugares donde sí se crían otras especies de mosquitos que no transmiten estas enfermedades.

La fumigación no es eficaz para combatir el aedes aegypti, lo dice el Ministerio de Salud Pública de la Nación, se cree que al fumigar se está libre de las enfermedades transmitidas por el vector, pero no es así, porque si hay criaderos en una casa, al cabo de 24 horas de fumigado vuelven a nacer. La fumigación mata al mosquito adulto que está en el aire, no así las larvas y los huevos, debiendo intensificarse los operativos de prevención, casa por casa para reducir los criaderos, la principal y efectiva medida para prevenir estas enfermedades.

El boletín del Ministerio de Salud de la Nación, da cuenta que entre el 29 de julio de 2019 y el 5 de abril de 2020 en nuestro país se reportaron 39.573 casos con sospecha de dengue de los cuales 14.237 fueron confirmados, 11.297 sin antecedentes de viaje y 2.945 con antecedentes de viaje a zonas con circulación viral. En ese periodo se registraron 10 fallecidos, positivos en la prueba para dengue, 3 mujeres y 7 varones, estadística superior a los dos años previos. Los casos sin antecedentes de viaje son personas que contrajeron la enfermedad localmente o sea por picadura del mosquito que salió del monte por deforestación y se hizo doméstico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *