Educación ambiental: Un mundo libre de bolsas de plástico.

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No hay vacaciones para concientizar sobre el calendario ambiental, este viernes 3 de julio fue el día internacional libre de bolsas de plástico, una fecha en la que se debe reivindicar, valga la redundancia, el “no uso de las bolsas plásticas”. Una jornada para reflexionar sobre el consumo indiscriminado de este objeto, indispensable descartar como elemento de empaque. La gran cantidad de recursos que se destinan a su fabricación, y sobre todo la monumental contaminación que generó a lo largo de su corta existencia, es más que suficiente para su no empleo.

En pocas generaciones se pasó de los cestos de mimbre, bolsas de hilo o un carrito de compras para llegar a consumir más de 200 bolsas de plástico al año por persona, lo que representa más de 500 billones de bolsas en el mundo. Hay países que las tienen prohibidas como por ej. Francia, Italia y recientemente Chile. El Reino Unido, Portugal y Suecia optaron por aplicar impuestos sobre el uso, y en otros como Finlandia o Alemania establecieron acuerdos voluntarios entre fabricantes y consumidores. En suma, más de 60 países dictaron medidas oficiales, otras trabajan en leyes y estrategias para enfrentar este problema ambiental moderno.

 

América, Japón y la Unión Europea son los mayores productores de desechos plásticos por persona, mientras que alrededor de 13 millones de toneladas de este material son vertidas en los océanos cada año, afectando la biodiversidad marina, la economía y potencialmente nuestra salud. Si no se toman medidas, para el 2050 existirán cerca de 12.000 millones de toneladas de plásticos que se repartirán en vertederos (basurales) y en el océano. De seguir las cosas como están, la producción del material se duplicará en las próximas décadas debido a que es barato y de fácil producción, siendo reciclable solamente una pequeña fracción.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

La situación es que cinco billones de bolsas de plástico se utilizan cada año y un millón de botellas de plástico son compradas cada minuto, de las cuales casi el 70% van al ambiente o a vertederos (basureros). Los recipientes como contenedores (cajas) hechos de espuma de poliestireno pueden tomar miles de años en descomponerse contaminando el suelo y agua. Con el paso del tiempo los plásticos se dividen en fragmentos más pequeños, los micro plásticos, que al ser consumidos por animales marinos hace que, uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías los contienen en su aparato digestivo, habiendo entrado a la cadena trófica.

 

Los microplásticos han sido detectados en la sal de mesa comercial, otros estudios aseguran que el 90% del agua embotellada y en el 83% de la de grifo. Se sabe si, cómo afecta a los animales y que aproximadamente cien mil organismos marinos mueren por intoxicación, porque no diferencian entre microplásticos y su comida natural. Estas partículas de al menos 5 milímetros o menos de espesor según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, provienen de neumáticos, jabones, dentífricos, cosméticos o de limpieza de ropa etc.

 

Muy alegremente nos deshacemos de todos estos productos químicos que terminan en los mares y océanos contaminando desmesuradamente vastas extensiones. Las ya famosas islas de plástico, como la del Océano Pacífico, que cada vez ocupa más espacio, están empezando a formar parte de la geografía mundial, su composición son plásticos de todo tipo que de alguna manera u otra terminan en las aguas marinas.

 

La contaminación de los océanos por cuenta del plástico causa anualmente la muerte de 1.000.000 de aves y 100.000 mamíferos marinos, según la ONU. La convocatoria anual de este organismo se suma a las decenas de acciones de concienciación y reducción de estos residuos se ponen en marcha a escala mundial en los últimos meses a ese fin. La atención se centra concretamente en la lucha contra la contaminación de los océanos.

 

El “día del no uso del plástico” debe hacernos conscientes de que nosotros mismos podemos cambiar hábitos y así reducir la pesada carga de contaminación a la naturaleza, la vida silvestre y sobre nuestra propia salud. Si bien es cierto que tienen diversos usos, dependemos demasiado del plástico de un solo uso o desechable y eso tiene graves consecuencias medioambientales. Tardan en descomponerse, una botella: 500 años; cubiertos, tenedores cucharas cuchillos etc.: 400 años; los sorbetes: 100 años y los vasos: 65-75 años es un ejemplo claro de cuanto nos queda para hacer por las generaciones presentes y futuras.

 

Todos debemos involucrarnos, los gobiernos sancionando leyes incluyendo acciones para un cambio de hábito de consumidores y para mejorar los sistemas de tratamiento de residuos. En lo industrial trabajar en términos de reciclaje y el diseño de nuevos productos reciclables. Nosotros, usando el poder de compra podemos decir no a plásticos de un solo uso. No comprar productos que vienen muy empacados, los perfumes por ej. Utilizar menos bolsas plásticas y las que se usan, reutilízalas. Utilizar botellas y cajas de comida que puedas reutilizarse. Y finalmente algo fundamental, separar los desechos en el hogar para promover el reciclaje e Incluir en la curricula escolar de todos los niveles, la enseñanza del “no uso de bolsas, botellas y/o cualquier otro producto de plástico”.

 

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