Organización Mundial de la Salud OMS – Pronósticos y recomendaciones en salud, por Raúl Coronel

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Las cuestiones políticas y no las médicas, han sido desde siempre las que debieron resolver la prevención de las enfermedades para evitar las muertes humanas. A comienzo del año pasado la OMS anunciaba de una pandemia global inminente, el conflicto que impide controlar los brotes, los mitos de la vacunación, la resistencia a los antibióticos, los productos alimenticios nocivos y el cambio climático como algunos de los obstáculos para prevenir millones de muertes en esta década.

Los argentinos batimos experiencias negativas en esas decisiones políticas debido al desfinanciamiento para el desarrollo de la ciencia y la tecnología como también en salud y en esta última le suma  la dejerarquización del área o nombrando funcionarios no aptos o sin experiencia para el cargo. Como ser, el superministro Caballo dijo en algún momento: “que se vayan a lavar los platos” en referencia al sector científico. Hay 26 países con más inversión en Ciencia y Tecnología que la Argentina, incluye a Turquía 0,9% con la crisis de la lira y Brasil con el 1,3% del  presupuesto anual.

Advirtió y publicó la OMS una lista de los desafíos que amenazan la sanidad en el planeta para la nueva década y su preocupación por el hecho de que los líderes mundiales no están invirtiendo suficientes recursos en las prioridades sanitarias ni en los sistemas básicos de salud que pone vidas, medios de subsistencia y economías en peligro.

Los gobiernos deben darse cuenta de que la salud es una inversión en el futuro, invierten en armas militares por posibles ataques terroristas, pero no contra el ataque de un virus, que podría ser mucho más mortal y mucho más dañino económica y socialmente. Una pandemia podría poner de rodillas a la economía y a las naciones, se dijo en la ONU. Estos desafíos de la OMS implican que se vaya más allá de los ministerios de salud, ya que son amenazas compartidas y todos los países tienen la responsabilidad de actuar.

Decía hace un año atrás la OMS las 10 principales amenazas son: 1 Contaminación del aire y cambio climático; 2 Enfermedades no transmisibles, diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas, etc.; 3 Pandemia global de influenza; 4 Entornos frágiles y vulnerables; 5 Resistencia antimicrobiana; 6 Débil atención primaria de salud; 7 Ébola y otros patógenos; 8 Dudas sobre las vacunas; 9 Dengue; 10 El HIV. Sin embargo pese a semejantes anuncios, poco y nada han hecho los gobiernos desde ese entonces por la prevención en salud.

La debida participación política significa abogar por fondos nacionales para abordar las brechas en los sistemas e  infraestructura de salud, y brindar apoyo a los sectores más vulnerables. Invertir ahora salvará vidas, y dinero, más adelante, mientras que el costo de no hacer nada, es uno que no podemos pagar. Los Gobiernos, las comunidades y las agencias internacionales deben trabajar juntos para lograr estos objetivos críticos, no hay atajos para un mundo más saludable.

La causa principal causa de la contaminación del aire es la quema de combustibles fósiles, que mata  7 millones de personas aproximadamente cada año, mientras que el cambio climático provoca desastres naturales más extremos, exacerba la desnutrición y alimenta la propagación de enfermedades infecciosas como la malaria. Las mismas emisiones que causan el calentamiento global son responsables de muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas.

Hacer que la atención médica sea más justa porque las brechas socioeconómicas persistentes y crecientes resultan en grandes discrepancias en la calidad de la salud de las personas. Mientras tanto, el aumento global de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes tienen una carga desproporcionadamente grande en los países de medianos y pobres ingreso.

Una de las mejores maneras de reducir las desigualdades es a través de la atención primaria de salud, que aborda la mayoría de las necesidades de una persona. Todos los países deberían asignar un 1% más de su Producto Bruto Interno a este tipo de atención, para que más personas tengan acceso a los servicios esenciales de calidad que necesitan, cerca de sus hogares.

Alrededor de un tercio de las personas del mundo carecen de acceso a medicamentos, vacunas, herramientas de diagnóstico y otros productos de salud esenciales. Los medicamentos y otros productos de salud son el segundo gasto más grande para la mayoría de los sistemas de salud, después del personal. Las dolencias infecciosas como el VIH, la tuberculosis, la hepatitis viral, la malaria, enfermedades tropicales desatendidas y las infecciones de transmisión sexual matarán unos 4.000.000 de personas en su mayoría pobres en 2020. Las causas fundamentales de este flagelo son los niveles insuficientes de financiamiento y la debilidad de los sistemas de salud.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

Cada año, el mundo gasta mucho más en responder a brotes de enfermedades, desastres naturales y otras emergencias de salud que en prepararse para afrontarlos y prevenirlos. Una pandemia de un nuevo virus altamente infeccioso en el aire, muy probablemente una cepa de gripe, a la que la mayoría de las personas carece de inmunidad, es inevitable. No se trata de si otra pandemia atacará, sino cuándo y cuánto atacará, ya que se extenderá rápidamente y potencialmente amenazará a millones de vidas.

Las enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria, el zika, el Chikunguña y la fiebre amarilla se están extendiendo a medida que las poblaciones de mosquitos se trasladan a nuevas áreas, avivadas por el cambio climático y la deforestación. La OMS asesora a los países sobre inversiones basadas en datos para fortalecer los sistemas de salud y la infraestructura para mantener a las poblaciones seguras cuando se producen emergencias. La desidia de políticas anteriores nos ha puesto al descubierto en esta emergencia fatal.

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