«Impacto ambiental negativo de biomasa», por Raúl Coronel

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Se entiende como biomasa a toda materia orgánica de origen animal o vegetal que se puede utilizar como fuente de energía, la biomasa vegetal se ocupa porque tienen menos humedad como la madera, paja, cáscaras, etc. Se utiliza mediante combustión, el calor que genera la quema se aprovecha para hacer vapor, mover turbinas y producir electricidad. Pero su mayor inconveniente es la contaminación que se produce.

La biomasa se introdujo como miembro activo en el grupo de las energías renovables, y se usa como parte de un supuesto cambio de la matriz energética, al no emplear combustibles fósiles, queriendo evitar la emisión de carbono CO2 a la atmósfera. De ser limpia no aumentaría el calentamiento global y el cambio climático, sin embargo, la biomasa que se hace a partir de la quema de madera, no es tan inocente desde el punto de vista ambiental.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

En los hechos está creando otro problema como el de la contaminación, especialmente empeorando la calidad del aire debido a la quema. Los humos contienen dióxido de nitrógeno, partículas en suspensión, dióxido de azufre e hidrocarburos, todo el cóctel de agentes contaminantes. Su inhalación produce la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) dicen los neumólogos.

La ciencia viene formalizando duras críticas contra la biomasa forestal, quemando madera para generar energía, principalmente porque conlleva a la deforestación de los bosques para extraerla, y a su vez, por el carácter no neutro de las emisiones. Por otra parte la quema es ineficiente al emitir más carbono por kilovatio hora de electricidad o calor, que usando combustibles fósiles.

Las emisiones de monóxido de carbono que ocurren son superiores a la quema de carbón. Los compuestos que se forman durante la combustión son los óxidos de azufre, que pueden llegar a convertirse en ácido sulfúrico, siendo una de las sustancias que contribuyen a la lluvia ácida. Se producen abundantes cenizas, su retención, extracción y tratamiento contaminan el agua y el suelo debido a la presencia de sustancias tóxicas como el plomo o el cadmio.

Para la combustión con madera se fabrican pellets, que producen emisiones de una gran variedad de compuestos orgánicos, entre los que se incluyen sustancias catalogadas de cancerígenas, como el benzopireno e hidrocarburos aromáticos policíclicos. En contacto con el suelo esos compuestos sólidos se transforman en nitrógeno y oxígeno, que presentan mayor poder cancerígeno.

El cuestionamiento principal hacia la biomasa es sobre todo, por el impacto en los bosques, la ineficiencia del sistema, la contaminación y la no neutralidad de las emisiones de CO2. Hay que quemar cientos de miles de toneladas de pellets, en centrales eléctricas centralizadas a partir de biocombustibles que viajan cientos de kilómetros de distancia desde los bosques, donde la madera es extraída y procesada.

Los pellets se hacen de madera granulada catalogada como biomasa solida, formada por cilindros muy pequeños, elaborados a partir de serrín natural seco y aglomerado. Comprimiendo el serrín a una alta presión se forman los pellet, de composición densa y dura para lograr poder calorífico.

La matriz energética de Argentina 2019 es una radiografía de la energía que se utiliza y las fuentes de procedencia; en porcentajes son: gas natural 53,2; combustible fósil petróleo 31,0; hidráulica 4,6; nuclear 2,5; carbón 1,6; renovables 0,3; otras 6,7 (eólica, solar térmica o fotovoltaica, geotérmica del calor de la tierra, biogás). Se supone es Argentina productora de carbono, de ahí las energías renovables para mitigar el Cambio Climático. Pero no se refiere necesariamente a la biomasa.

Las 2/3 partes de las emisiones totales mundiales de gases de efecto invernadero son de carbono CO2 emitido en la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Esas cantidades aumentan el efecto invernadero normal lo suficiente como para elevar la temperatura media en casi 5ºC en los próximos años.

La biomasa es sólo una pequeña parte de lo que se considera energías renovables que mitigan el Cambio Climático, las técnicamente saludables por cierto. Existen otras posibilidades energéticas no contaminantes: la energía solar directa, geotérmica, hidroeléctrica, oceánica y eólica.

No es tan sencillo el interconectado por remantes de producción energética de la biomasa. Los problemas que plantea obligan a introducir ajustes en los sistemas del suministro normales de energía. Los costos y las dificultades de integración dependen de la disponibilidad y las características de los recursos de la renovable, de la manera en que esta evolucione y se desarrolle en el futuro.

Son múltiples las trayectorias a seguir para mejorar la penetración de la energía renovable en todos los sectores de uso final. Variará en función de la región, de las características específicas del sector y de la tecnología. Puede incluir costos adicionales de inversión en infraestructuras de red, operaciones, o pérdidas del sistema. De ahí que es aconsejable dirigir las gestiones hacia la energía eólica o solar y no precisamente biomasa.

Para dar cabida a porcentajes de la energía renovable, los sistemas energéticos necesitarán evolucionar y experimentar adaptaciones. A largo plazo podrían consistir en inversiones destinadas a habilitar la infraestructura; una modificación de los marcos institucionales y de gobernanza; atención a los aspectos sociales, a los mercados, a la planificación y a la creación de capacidad técnica. Procuremos energías limpias y neutras: eólica o solar.

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