“Restaurar nuestra Tierra y proteger la biodiversidad”, por Raul Coronel

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La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra reconociendo a sus ecosistemas como el hogar común de la humanidad, así como la necesidad de protegerla para mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad. El tema para 2021 es “Restaurar nuestra Tierra” y debemos hacerlo con nuestros ecosistemas dañados, ayudará a terminar con la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva.

El 22 de abril de 1970 tuvo lugar el primer Día de la Tierra cuando unos 20.000.000 ciudadanos estadounidenses salieron a las calles para protestar contra la ignorancia ambiental y demandar un mayor compromiso socio-ecológico con nuestro planeta. Se centraban en la contaminación del aire debido a los gases emitidos por el uso masivo del automóvil y al funcionamiento ineficiente e irresponsable de las industrias.

A 51 años de ese evento, la Madre Tierra claramente nos pide que actuemos cuando: los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos; el calor extremo; los incendios forestales y las inundaciones, así como una temporada de huracanes en el Atlántico que batió récords, sumado la destrucción de los sumideros de carbono consentida por gobiernos débiles. Ahora, enfrentamos a la COVID 19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.

El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos, son las enfermedades zoonóticas,

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente anuncia que una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales y nos muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes.

El brote de coronavirus representa un riesgo enorme para la salud pública y la economía mundial, pero también para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos. Igualmente, cada vez es más evidente su impacto en la salud humana. Los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan.

Los vínculos específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen además posibles impactos en la nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, patógenos, animales y humanos, algo que puede ser alentado debido al cambio climático.

El informe de evaluación global del Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advirtió que 1.000.000 de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, más que en cualquier otro momento en la historia de la humanidad, debido a los impactos de la actividad humana.

La pérdida de la biodiversidad es una pérdida para la humanidad, la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, albergan múltiples interacciones entre sus miembros humanos, plantas, animales y su entorno el agua, aire y suelo. La diversidad biológica es un bien mundial de gran valor para las generaciones presentes y futuras, pero el número de especies disminuye a un ritmo acelerado, debido a la actividad humana. Los recursos biológicos sustentan las civilizaciones y su pérdida amenaza ahora nuestra salud.

De acuerdo con las Naciones Unidas, el brote de coronavirus representa un riesgo enorme para la salud pública, la economía mundial y para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos. Por esto, este Día de Tierra se centra en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud del planeta.

Con este panorama general y el escenario del coronavirus, la prioridad inmediata es evitar la propagación de COVID-19, pero es tan importante también abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad. Debemos actuar con decisión para proteger nuestro planeta tanto del coronavirus como de la amenaza existencial de las perturbaciones climáticas.

Los gobiernos oficialmente deben detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes, la Madre Tierra nos pide que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Debemos promover la armonía con la naturaleza y la Tierra y asumir la importancia que tiene la biodiversidad para los humanos.

El Papa Francisco lamentó que hayamos contaminado y saqueado la tierra, poniendo en peligro nuestra propia vida, como nos muestra la trágica pandemia, durante la audiencia general al momento del 50º Día Mundial de la Tierra. Debido al egoísmo, hemos incumplido nuestra responsabilidad como custodios y administradores de la tierra. Hemos fallado en proteger la tierra, nuestro huerto y en proteger a nuestros hermanos. Hemos pecado contra la tierra, contra nuestro prójimo y, en última instancia, contra el Creador. (Audiencia 2020)

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