“Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico”, por Raúl Coronel

Compartir

El 3 de julio se celebra Día Internacional libre de bolsas de plástico, con un objetivo de reducir las de un solo uso y fomentar su consumo responsable. De ser un objeto cotidiano se ha convertido en uno de los más perjudiciales para el ambiente. Se conmemora con la intención de reducir el consumo abusivo y de la cultura de un solo uso. Tienen también un elevado impacto ambiental por el periodo de tiempo que tardan en degradarse, con la contaminación marina y el impacto negativo sobre la fauna y el entorno.

El objetivo es concientizar específicamente sobre la necesidad de reducir la cantidad de plástico que se vierte en nuestros océanos. La celebración de este día pretende hacernos conscientes de que nosotros mismos podemos cambiar hábitos en nuestro día a día y así reducir la pesada carga de la contaminación de los plásticos en nuestra naturaleza, en nuestra vida silvestre y sobre nuestra propia salud. Si bien es cierto que el plástico tiene diversos usos, dependemos demasiado del plástico de un solo uso con graves consecuencias ambientales.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel Abogado Mat.764 STJ Chaco Especialista en Evaluaciones Ambientales

Las bolsas de plástico son dañinas para el ambiente porque tardan más de 500 años en descomponerse. Se estima que cada persona gasta unas 230 bolsas al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas de plástico en el mundo. Al no ser reciclables, quedan en el planeta perjudicando a todos los seres vivos. A los océanos llegan cerca de 12.000.000.000 millones de toneladas de plásticos cada año, uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos, habiendo ya entrado en la cadena trófica.

 

Se ha avanzado mucho en la reducción debido a que los supermercados la han suprimido, sustituyéndolas por cartón o de tela que pueden volver a usarse, pero aún estamos muy lejos de eliminarlas totalmente. Dejar el planeta libre de bolsas de plástico requiere la participación de todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos hasta el consumidor final. Debemos intentarlo porque toda la Tierra saldrá beneficiada, se evitará la contaminación de mares y océanos, la pérdida de recursos naturales y la desaparición de ecosistemas muy valiosos.

 

Francia e Italia han prohibido la producción de bolsas de plástico, reduciendo notablemente su consumo. El Reino Unido, Portugal y Suecia optaron por aplicar impuestos sobre el uso y en otros países como en Finlandia o Alemania los establecimientos han establecido acuerdos voluntarios. En nuestro País es solo un proyecto de ley con los contenidos de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la reducción progresiva y prohibición especifica

 

El Día Mundial del Suelo.

Se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO un año atrás. Los orígenes de la idea se remontan a 2002 por el impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), que propuso este evento en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, un foro colaborativo ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que pensábamos era un recurso infinito.

 

Mantener vivo el suelo, protege su biodiversidad interna. Las plantas nutren un mundo de organismos vivos en el suelo, que a su vez alimentan y protegen a las plantas. Esta diversa comunidad de organismos vivos mantiene el suelo sano y fértil, constituye la biodiversidad determinando los procesos que hacen posible la vida en la Tierra.

 

El lema «Mantengamos vivo el suelo, protejamos la biodiversidad del suelo» pretende concientizar sobre la importancia de mantener ecosistemas saludables que garanticen el bienestar humano gestionando con eficiencia el terreno. Si no actuamos pronto contra la pérdida de la biodiversidad del suelo, la Tierra perderá suelo fértil, lo que amenazaría la seguridad alimentaria.

 

El suelo es un recurso vivo que alberga más del 25% de la biodiversidad de nuestro planeta. Se estima que sólo el 1% de las especies de microorganismos del suelo se conocen actualmente en comparación con el 80% de las especies de plantas. Los organismos del suelo pueden descomponer ciertos contaminantes. Hasta el 90% de los organismos vivos viven o pasan parte de su ciclo de vida en los suelos.

 

La contaminación o la explotación excesiva de los suelos o la destrucción del ambiente, ponen en riesgo la supervivencia de las especies. El suelo en realidad es un sistema que vive cambiando constantemente, que lo transforma en un recurso altamente complejo. Sirve como soporte para todas las formas de vida, plantas y animales, es sustrato para el crecimiento de la vegetación, garantizando los nutrientes necesarios para todas las especies.

 

Los suelos peligran por la desertificación, un proceso de degradación ecológica en el que los fértiles pierden total o parcialmente su capacidad productiva. Este fenómeno se puede dar por tres causas principales: La desforestación, causada por la tala indiscriminada de hectáreas de bosques o grandes extensiones de vegetación, destruyendo así la superficie forestal y por ende la calidad de los suelos.

 

El uso excesivo de un suelo puede degradarlo de forma irreversible. De entre todos los tipos de degradación la peor es la erosión o lo que es lo mismo, la perdida de capas fértiles que limitan la capacidad productiva de ese suelo. El mal uso de equipos mecanizados que puede causar estragos en el terreno, contaminándolo con productos químicos como aceite, gasolina o diésel y venenos. También puede acelerar el proceso de erosión de zonas terrestres.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *