“Sequías: efecto del cambio climático”, por Raúl Coronel

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 Dentro de los eventos extremos del Cambio Climático se destacan los relacionados con la disponibilidad de agua: las sequías y las inundaciones.

El calentamiento del Planeta es el resultado de la actividad humana desde mediados de 1950 y avanza a un ritmo sin precedentes. Hace medio siglo los satélites que orbitan la Tierra y otros avances tecnológicos permitieron a los científicos tener una visión global por haber recolectado diferentes tipos de información sobre nuestro planeta y su clima a escala mundial. Estos datos, revelaron signos inequívocos del aumento de la temperatura y sus causas.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales
 

Alrededor del año 1850 se demostró que el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero (GEI) atrapan el calor. La capacidad que tienen para afectar la transferencia de la energía infrarroja a través de la atmósfera es la base científica de esos instrumentos que se ha puesto en órbita. De ahí que, no cabe duda de que el aumento de los niveles de los GEI provocan como respuesta que la Tierra se caliente.

 

La temperatura promedio de la superficie del planeta aumentó aproximadamente 1,18°C desde fines de la década de 1890 debido al aumento de emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Fue consecuencia de la quema de combustibles fósiles: carbón, gas natural y petróleo, al quemarse o talarse los bosques por el cambio en el uso de la tierra. De ahí que son las principales causas del incremento de la temperatura del planeta.

 

El cambio de clima en la historia. En los últimos 650.000 años se dieron siete ciclos de avances y retrocesos glaciales, con el abrupto final de la última era de hielo hace alrededor de 11.700 años, lo que marcó el comienzo de la era climática moderna y de la civilización humana. La mayoría de estos cambios se atribuyen a variaciones muy pequeñas en la órbita de la Tierra, que alteran la cantidad de energía solar que recibe nuestro planeta.

 

Como consecuencia de los cambios del clima a causa de la intervención humana, ocurrieron eventos extremos: se ha observado en épocas recientes que el número récords de altas temperaturas ha aumentado, mientras que los récords de bajas temperaturas registrados han disminuido. También la ocurrencia de una creciente cantidad de eventos de lluvia intensa, situación que se viene documentando en los EEUU desde el año 1950.

 

El CC contribuirá con el aumento probable de sequías en muchas partes del mundo. En la fase seca lo puede hacer incrementando el aumento de la temperatura y la radiación. Las temperaturas más cálidas pueden aumentar la evaporación del suelo, haciendo que los períodos con bajas precipitaciones sean más secos que en condiciones más frías. Las sequías pueden persistir a través de una retroalimentación positiva, donde los suelos muy secos y la cubierta vegetal disminuida pueden suprimir aún más la lluvia en un área ya seca.

 

Un clima cambiante también puede alterar los llamados «ríos atmosféricos», que las corrientes estrechas de humedad transportadas en la atmósfera, pudiendo alterar especialmente ciertos patrones de precipitación. Una combinación de ríos atmosféricos cambiantes y temperaturas más cálidas también puede afectar en algunas regiones la capa de nieve y su derretimiento, diezmando potencialmente el suministro de agua.

 

Además, cuando los suelos y las plantas se secan, su falta de contenido de agua impide su transferencia por evaporación que enfriaría la atmósfera, lo que induce localmente un calentamiento adicional del aire. Esto a su vez provoca un secado adicional de la atmósfera: este es el llamado efecto bola de nieve.

El calentamiento global es una realidad observada, medida, comprobada científicamente que provoca el CC y que obliga a cambiar el modelo de desarrollo. Si se combate la deforestación y se suspenden los proyectos de cambio del uso del suelo, obedece a razones científicas plasmadas en los instrumentos jurídicos vinculantes.

 

Están ocurriendo sequias en todas partes. En el 2011 Texas experimentó los 12 meses más secos de su historia. En el pico de la sequía de 2012, un asombroso 81 % de los EEUU se encontraba bajo condiciones al menos anormalmente secas. El estado de California experimentó una sequía particularmente prolongada que se extendió desde diciembre de 2011/ marzo de 2019, interrumpida en parte por el invierno más húmedo en ese país.

 

En Francia en 2018, 2019, 2020 cada uno rompiendo récords de sequía. Incluso se han visto afectadas regiones en las que hasta entonces eran bastante inusuales, como la Gran Este (Grand Est). Más frecuentes y más intensas, estas sequías tienen importantes repercusiones tanto en la vegetación como en los suelos.

 

El pantanal brasileño registró el estiaje entre 2019/2020 (nivel más bajo o caudal mínimo de un río). Sugieren los estudios que fue el resultado de un fenómeno meteorológico natural, similar al que desencadenó la crisis hídrica en el estado de San Pablo entre 201/2016, ligado a un «bloqueo» meteorológico, que provoca una merma del transporte del aire cálido y húmedo del verano de la Amazonia hacia la región.

 

En el centro de Chile desde 2010 ha prevalecido una secuencia ininterrumpida de años secos, con déficits anuales de precipitaciones que oscilan entre 25 y 45%. El carácter extraordinario de la mega sequía, se estableció evaluando un siglo registros de precipitación regional y una reconstrucción analizando los anillos de árboles.

 

Argentina soporta una de las peores sequías en 20 años. Los primeros signos se evidenciaron en el sudeste brasileño en 2018. A principios de este año la falta de lluvias se extendieron a parte de Bolivia, Paraguay y el norte y centro de la Argentina. Son datos relevados por la Nasa a través de los satélites, con la información obtenida y volumen de agua perdida se advierte bajos rendimientos en los cultivos, incendios y grandes bajantes de los ríos.

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