“Día Internacional sobre el Ruido”, por Raúl Coronel

El Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, se conmemora el último miércoles de abril de cada año. Es una campaña internacional con el objetivo de concientizar a los ciudadanos sobre este contaminante ambiental, que  alerta sobre los efectos adversos para el bienestar y la salud de las personas.

El ruido afecta a las personas de múltiples formas, pero únicamente sólo una parte, los efectos auditivos y la molestia parecen ser asumidos realmente, desanimando las actuaciones de las autoridades y a gestores de actividades ruidosas. En esta jornada se deben realizar múltiples actividades llamando a una militancia contra el ruido, para conseguir reducir los niveles existentes, tratándose de un problema de Salud Pública.

El ruido es una problemática compleja en ciudades, a causa del tráfico, la industria, etc. Se trata de un sonido inarticulado, sin armonía ni ritmo que tiende a ser desagradable y molesto al oído, afectando la salud de la población y el ambiente. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la exposición a más de 70 decibelios durante un periodo de tiempo prolongado puede producir daños graves en el oído, con consecuencias irreversibles.

Millones de personas conviven a diario con ruidos que sobrepasan los 65 decibeles (dB), el umbral diurno que recomienda la OMS. Por la noche los niveles de ruido deben ser menores de 30 dB durante ocho horas, para garantizar plenamente el sueño. Lo establecido por este estudio pone de relieve que la exposición a altos niveles de ruido puede provocar serios problemas de salud.

La intensidad del sonido de mide en decibelios (dB) desde el silencio: 0/10 dB una respiración tranquila. 10/20 dB el sonido de los árboles. 30/40 dB hablar en voz baja. 40/50 dB conversación en voz alta. 50/60 dB el bullicio de gente. 65 dB límite de tolerancia al ruido. 70/80 dB un electrodoméstico o un tren, etc. 80/90 dB tráfico de una ciudad. 90/100 dB sonido de taladro, un autobús, etc. 100/110 dB un concierto o una discoteca. 110/120 motor de aviación. 120/130 dB avión al despegar o al aterrizar. 130/140 dB umbral de dolor acústico

La contaminación acústica proviene del tráfico de vehículos motorizados y  perjudica considerablemente la audición, generando trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares y problemas cognitivos. Socioacusia (del ruido ambiental). Cambios en la regulación del sistema nervioso central. Cefalea. Alteración del sueño. Estrés. Irritabilidad, Fatiga, neurosis y depresión. Disfunción sexual. Problemática que ha ido en aumento.

La pérdida auditiva trae consecuencias que afectan la vida cotidiana. Dificulta las relaciones sociales, disminuye el rendimiento académico y laboral, limita las oportunidades de trabajo, provoca sentimiento de aislamiento, soledad y depresión. En el caso de los más jóvenes este tipo de trastorno de forma temprana les afecta en la comunicación con los demás, el desarrollo cognitivo, el desarrollo socio-emocional y los resultados académicos o laborales.

El Día de Concientización del Ruido fue creado en 1966 por el Center of Hearing and Communication (CHC) Centro de Audición y Comunicación, una institución sin fines de lucro fundada en 1910 por el educador Edward B. Nitchie (Nitchie Service League Inc.) Posteriormente cambió por Center for Hearing and Communication (CHC). Su fundador era sordo, comenzó a trabajar con amigos y otras personas con pérdida auditiva, el resultado fue la institución señalada que buscaba mejorar la calidad de vida de las personas con ese problema de salud.

Más allá de las medidas que individual y colectivamente podemos adoptar para reducir los niveles de ruido y disminuir los efectos negativos que tiene sobre nuestra salud y poner fin a la contaminación acústica no es una tarea sencilla. Pero entre todos podemos ayudar a reducirla no generando ruidos molestos en el entorno, no escuchando música y ver televisión a todo volumen. No adherirnos a espectáculos deportivos motorizados en la ciudad.

La civilización del ruido atenta contra la salud,  dice un informe de la OMS asegurando  que la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedad por motivos ambientales, por detrás de la contaminación atmosférica. Para evitarla se debe tener en cuenta: usar el volumen bajo con audífonos; bajar el volumen al escuchar música o al ver televisión. Apagar los electrodomésticos que no se estén usando; hablar en un tono de voz moderado; usar bicicleta o caminar para ir a lugares cercanos.

Debemos procurar no realizar reparaciones u obras de envergadura en el hogar fuera de los horarios establecidos. Al manejar no hacer sonar la  bocina del vehículo de manera indiscriminada. Usar un tono de voz adecuado al hablar y al participar en alguna reunión social, es prudente controlar el volumen de la música. Utilizar protecciones adecuadas o mantenernos distanciados de los altavoces cuando asistamos a conciertos o discotecas, podemos garantizar un entorno más silencioso y óptimo para nuestra salud.

Tomar descansos para reducir la exposición general al sonido, tener en cuenta que no existe cura para la pérdida auditiva. La contaminación acústica es una amenaza invisible, siendo el ruido uno los factores ambientales que mayor cantidad de enfermedades provoca. El problema es que la sociedad en general se acostumbró a soportar los ruidos y lo que es más grave aún, generar la contaminación auditiva.

La normativa: Constitución Nacional que garantiza el derecho a un ambiente sano y equilibrado…Ley General del Ambiente que promueve el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. Ley de Higiene y Seguridad Trabajo a lo largo de la jornada laboral y reducir la hipoacusia. Ley de Tránsito y Seguridad Vial para la bocina y emisión de ruidos. Código Civil y Comercial “de las molestias que ocasionan ruidos, vibraciones o inmisiones similares”. Leyes no faltan, existen, sólo hay que aplicarlas.