Los bosques sustentan la vida en la Tierra

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Los bosques constituyen ecosistemas complejos e importantes en el ciclo del carbono y en el ciclo del agua, ambos procesos sustentan la vida en la tierra. Pero existen actividades humanas como la deforestación o degradación del bosque nativo que liberan una serie de acontecimientos catastróficos a nivel local y global, al interferir ese proceso natural de la función de los bosques. La deforestación se traduce en la disminución de la superficie boscosa y degradación en la disminución de la calidad de la masa boscosa.

El ciclo del agua es un fenómeno natural que transfiere el agua desde la superficie de la Tierra a la atmósfera por evaporación directa, por la transpiración por las plantas y animales o por sublimación, que es el paso directo del agua sólida a vapor de agua. Los árboles por medio de sus raíces absorben agua desde el suelo, la que se desplaza por los troncos hacia hojas y flores donde se evapora hacia el aire. A su vez los bosques filtran y limpian el agua, amortiguan las lluvias fuertes, protegiendo los suelos y ayudan en mantener los caudales de los ríos.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

En el ciclo del carbono se intercambia este gas entre las diferentes partes de la atmosfera de la Tierra, una secuencia de eventos claves para que nuestro planeta sea capaz de sostener la vida. Los árboles capturan el carbono de la atmósfera mediante la fotosíntesis convirtiendo la energía en biomasa forestal, mientras el árbol crece, almacena carbono en su tronco, tallos y raíces, capturándolo por mucho tiempo. Pero la deforestación o los incendios forestales liberan a la atmósfera el carbono que ha sido almacenado en los árboles.

Cuando las leyes obligan al manejo sustentable y sostenible de los bosques, no significa que los árboles deben ser cortados con delicadeza para ocupar su suelo y sembrar o poner a vacas. Sustentable, para que las generaciones futuras lo puedan utilizar como lo hacemos nosotros y sostenible para que sea perdurable en el tiempo. Incluye ese manejo sustentable, la manera más efectiva para el almacenamiento del carbono (sumidero) y la de quitar el carbono que producimos, que aumenta el efecto invernadero y su consecuente calentamiento global y cambio climático.

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El concepto de sumidero de carbono se difundió a partir del Protocolo de Kioto, creado para reducir la elevada y creciente concentración de carbono CO2 del aire y así luchar contra el calentamiento global. Un sumidero no tiene por objeto reducir las emisiones de CO2, sino de disminuir su concentración en la atmósfera. Los bosques y sus árboles, junto a los océanos son los principales sumideros naturales del planeta, esenciales para el ciclo de carbono.

Las especies pioneras de crecimiento rápido como el álamo o el sauce absorben poco carbono, pero las maderas duras almacenan más carbono durante más tiempo, crecen lentamente en años y son las especies de nuestro bosque nativo, quebrachos, algarrobos, guayacanes, Itín o carandá, palo santo, etc., el carbono que representa el 20% de su peso en promedio. Cuando el árbol muere se libera a la atmosfera el metano y carbono acumulado.

La deforestación y la degradación de los bosques generan emisiones de gases de efecto invernadero, así también por la quema y el consumo de combustibles fósiles, el uso de fertilizantes nitrogenados para la agricultura y la ganadería. Estamos de cara a un calentamiento global extremo y a un cambio climático, que ocurre preferentemente por deforestación y degradación de los bosques, por la emisión de gases GEI, que se manifiesta con el aumento de la frecuencia de las tormentas intensas y de la cantidad de lluvia que cae.

Los científicos llevan tiempo advirtiendo de que el aumento global de temperaturas provoca cambios en el régimen de precipitaciones y la base del argumento es sencilla: más calor equivale a más energía en la atmósfera y esto supone, por tanto, más vapor de agua y más actividad en el sistema. Los expertos aseguran que, debido a la mayor cantidad de energía presente en la atmósfera, se harán más habituales los fenómenos extremos, como las tormentas, huracanes o fuertes temporales y sus consecuentes inundaciones.

La pérdida de hábitat conduce además a la extinción de especies animales y vegetales que se sustentan entre sí, la ausencia de cobertura vegetal erosiona el suelo, sin las raíces de los árboles para anclar el suelo y con una mayor exposición al sol, el suelo se seca lo que lleva a problemas como el aumento de las inundaciones y la incapacidad de cultivar con efectos adversos en las economías locales. El aumento de las inundaciones, la falta de agua de calidad, y la incapacidad para producir sus propios alimentos provoca la migración de agricultores a la ciudad.

La pérdida de los bosques y de las especies que viven en él, afecta la vida de todos, con costos económicos desproporcionados en provincias pobres como la nuestra. Los constituyentes atmosféricos, que alteran el balance radiactivo de la atmósfera son causantes de los cambios en el clima y seguirán activos incluso aun, cuando el hombre no inyecte más contaminantes durante las próximas décadas, acrecentando el escenario de saturación hídrica en nuestra provincia.

“Somos la primera generación que entiende el cambio climático y la última que puede hacer algo al respecto”.

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