Energía renovable y cambio climático, por Raúl Coronel

Compartir

Para un desarrollo social y económico mejorar la salud y bienestar de las personas se necesita de la energía. Para cubrir las demanda de las necesidades humanas desde el 1850 se viene utilizando para producirla carbón, petróleo, gas natural o gas licuado, dominando los combustibles fósiles con un 81/86% el mercado mundial. Pero los combustibles fósiles emiten a la atmósfera gigantescas cantidades de CO2 durante la combustión, siendo los principales causantes del calentamiento global, estimándose también que se agotarían para dentro de 200 años.

Por eso el Acuerdo de París 2015 compromete a la comunidad internacional adoptar medidas y limitar la subida de la temperatura a 2 grados centígrados a final de siglo, y preferentemente a 1,5 grados. El Comité Científico de Expertos en cambio climático aconseja migrar de las energías fósiles, respaldando la necesidad de propugnar por impulsar una movilidad limpia, salir de forma progresiva de las energías fósiles, además de reducir el consumo de energía y de la producción de residuos.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

La utilización de combustibles fósiles base del suministro de energía predominante, es la causa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que han contribuido al aumento histórico de las concentraciones de esos gases en la atmósfera. Datos recientemente obtenidos confirman que el consumo de combustibles de origen fósil al igual que la deforestación, representan la mayor parte de las emisiones mundiales de GEI de origen antropogénico. Las emisiones siguen aumentando y al término de 2010, las concentraciones de CO2 eran ya superiores a 390 ppm, un 39% por encima de los niveles preindustriales.

Resultado de imagen para energías fósiles

Existen diversas opciones para disminuir las emisiones de GEI del sistema energético, sin dejar por ello de cubrir la demanda mundial: las relativas a la conservación y eficiencia energéticas, el reemplazo de combustibles de origen fósil, las energías renovables o la captura y el almacenamiento del dióxido de carbono. Pero habría que evaluar sus respectivos potenciales de mitigación, contribución al desarrollo sostenible y todos los riesgos y costos concomitantes. Si se utilizan de forma adecuada, pueden contribuir a mitigar los efectos del Cambio Climático.

Félix Condori, de 31 años, alcalde de Llapallapani que antes trabajaba como pescador, junto a un bote en el lecho seco de lo que alguna vez fue el segundo lago más grande de Bolivia. Ahora debe viajar para encontrar trabajos de construcción como medio para ganar dinero puesto que el lago que definió su cultura y sustento ya desapareció. Mayo de 2016. (Josh Haner/The New York Times)

Dentro de las energías renovables esta la biomasa, una porción orgánica proveniente de las plantas, los animales, y de diversas actividades humanas, abarcan una variada serie de fuentes energéticas, desde la simple combustión de la leña, hasta las plantas térmicas para producir electricidad, usando como combustible residuos forestales, agrícolas o ganaderos, el biogás de los vertederos (basurales) o barros de depuradoras de aguas residuales. Pero la elección de un sistema no sustentable, puede ser aún más peligroso que el uso de los combustibles fósiles.

La energía biomasa se obtiene a partir de la materia orgánica proviene de los restos de organismos que alguna vez estuvieron vivos, tales como plantas, animales y sus productos de residuo en el ambiente natural. Se puede utilizar en calderas mediante su combustión directa para la generación de energía eléctrica. Por gasificación de la misma y/o reproducción del proceso natural donde la acción de los microorganismos, en una atmósfera anaeróbica produce la descomposición de la materia orgánica y como consecuencia emite biogás.

Resultado de imagen para energía biomasa

El problema con la biomasa se presenta cuando se utiliza árboles o desechos de la vegetación para producirla, se corre el riesgo que por una falta de control y de una legislación especial, se lleven a cabo talas excesivas  de bosques y se agote la masa vegetal de una zona. Un solo quebracho o cualquier otro árbol del bosque chaqueño no justifican la utilización en este proceso de la biomasa. Cuando se recurre a los árboles del bosque nativo hay una doble producción de gases efecto invernadero, al cortarlos y cuando se los quema, entrando de lleno en el ciclo del carbono. El carbono de la atmósfera es captado por las plantas durante la fotosíntesis y pasa a formar parte de sus estructuras, cuando la planta muere o es quemada, ese carbono retorna a la atmósfera.

Existe otra modalidad de producción de biomasa mediante el empleo de cereales para producir biocombustibles, pero el uso de estos productos agrícolas utilizados en la cadena de alimentación humana ha provocado  una subida del coste de determinados productos agrícolas como caña de azúcar, semillas oleaginosas etc. Se come o se produce energía para un modelo de país consumista, han dicho las organizaciones que estudian el tema. Siempre son emisiones de gases de efecto invernadero GEI y un balance desequilibrado de carbono.

Sol, viento, agua y biomasa de residuos son las principales fuentes de energía de hasta un 80% en el 2050 con solo un 2,5% de las fuentes viables disponibles mundialmente. Fuentes que juegan un papel clave para evitar el calentamiento del planeta y romper el vínculo entre el desarrollo de las economías atrasadas y el alza de emisiones GEI. Los retos técnicos y políticos deben ser resueltos con una legislación especial que garantice el uso de tecnologías limpias y de incentivos a la energía solar o de los vientos.

No es biomasa en el sentido del cambio de matriz energética apuntar y ponderar sistemas, en el que se retorna a la quema de nuestros bosques o de sembrar cereales para producir movilizar una turbina y producir energía. Con la deforestación se produce más gases GEI todavía y con la siembra, se pone en peligro el sistema alimentario local y mundial. Seguimos padeciendo tecnologías que se contradicen con el desarrollo sustentable, el de usar nuestros recursos naturales pero preservando el derecho de uso de nuestras generaciones futuras.

“Somos la generación que entiende el cambio climático y la última que puede hacer algo al respecto”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *