“Los Bosques – Las Enfermedades Infecciosas”, por Raúl Coronel

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Los bosques, los agentes patógenos, el desarrollo de la civilización, la deforestación, los cambios del uso del suelo se interrelacionan entre sí, y la consecuencia ha sido que pasaron a ser nuevos factores de las enfermedades humanas. De por sí, las enfermedades infecciosas han sido siempre un componente importante de la vida del hombre e influenciado de manera reveladora la biología humana y la sociedad, mientras que han determinado importantes acontecimientos históricos.

Los estudios científicos sobre enfermedades infecciosas emergentes señalan que, tanto las alteraciones producidas en la cubierta vegetal, particularmente por deforestación y  parcelación de los bosques, la urbanización y el aumento de la actividad agrícola, contribuyeron como factores en la aparición de tales enfermedades. Son enfermedades emergentes, también nuevas, o conocidas que aparecen en un lugar por primera vez o las que presentan manifestaciones desconocidas o indiferenciadas: el sida, SARS, H1N1, H5N1, influenza aviar, el virus ébola, el cólera, el hantavirus por citar algunas.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

El concepto de enfermedades infecciosas emergentes se originó como consecuencia de la aparición de patógenos nuevos como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus Ébola, pero últimamente el concepto cobró fuerza por el grave brote del virus del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

Los principales documentos de la zootecnia, disciplina dedicada al estudio de la cría y la reproducción de los animales, dan cuenta que los primeros patógenos que produjeron la peste de viruela se originaron en las zonas tropicales de Asia debido a la tala con destronque para los cultivos y asentamientos humanos. La concentración de seres humanos y su entrecruzamiento, los animales domésticos, la flora y fauna silvestres, junto con un clima húmedo y cálido, fueron un ambiente tan ideal para la evolución, supervivencia y transmisión de los agentes patógenos hace varios milenios como lo son hoy en día.

En este siglo los estudios realizados afirman fehacientemente  que el dengue tiene relación con el cambio climático,  con el desmonte por causa de los cultivos extensivos como la soja, al haberse destruido los ecosistemas naturales. Por otra parte los plaguicidas matan también a enemigos naturales del mosquito, predadores insectívoros, que son los peces, sapos, ranas y escuerzos.

Los ecosistemas se alteran por desaparición de insectívoros que controlan la población de mosquitos tanto en su estado larval como adultos, sumándose las altas temperaturas y la humedad por lluvias. La deforestación en las áreas boscosas y de monte destruyó su equilibrio ambiental, liquidando el refugio y hábitat natural de otros predadores de los mosquitos, lo cual permitió el aumento descontrolado de su población. En la actualidad, la incidencia del dengue ha aumentado enormemente en el mundo y como consecuencia representa un problema importante de salud pública en nuestro país.

La ininterrumpida migración, la reubicación poblacional, la construcción de caminos y de nuevas rutas para el transporte, junto con la eliminación y fragmentación de los bosques, se pueden describir como los impulsores locales de la aparición de nuevas enfermedades. Tales cambios obedecen al no ser planificados o cuando son el resultado de la inestabilidad política de gobiernos débiles, produciendo  consecuencias catastróficas en la salud de la población. A la fiebre hemorrágica del dengue, causada por un tipo de virus de dengue, se debe a su adaptación como mosquito doméstico Aedes aegypti, que le permitió volverse endémico en un creciente número de ciudades y zonas periurbanas circundantes, especialmente en Asia, África y América del Sur y por supuesto en nuestra provincia.

Se considera que actualmente las enfermedades infecciosas emergentes se hallan entre los mayores desafíos a la ciencia, a la salud mundial y al desarrollo humano, debido a los cambios rápidos asociados con la mundialización, especialmente el aumento de la facilidad del transporte. Se mezclan personas, animales domésticos, fauna y flora silvestres y plantas junto con sus agentes patógenos y parásitos con una frecuencia y variedad de combinaciones sin precedentes.

Habida cuenta del enorme impacto de las enfermedades infecciosas emergentes sobre el hombre y el desarrollo económico, en particular la repercusión económica de estas en la agricultura y las actividades forestales. Es necesaria la colaboración de estos sectores, al igual que la sanidad pública para desarrollar políticas y acciones con el objeto de prevenir y controlar las enfermedades infecciosas emergentes.

 La Organización Mundial de la Salud OMS, que tiene por objetivo alcanzar para todos los pueblos el máximo grado de salud, un completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades, asiente que,  el mundo se enfrenta a múltiples retos en salud, siendo el dengue una de las principales amenazas actuales. La enfermedad del dengue transmitido por mosquitos, que causa síntomas similares a la gripe, puede ser letal y matar hasta el 20% de las personas con dengue grave. Representa desde hace décadas una amenaza creciente, estimándose que el 40% del mundo está en riesgo de contraer la enfermedad.

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