«Cambio Climático y sumideros de carbono», por Raúl Coronel

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Mediante el Acuerdo de París el mundo se unió para luchar contra el cambio climático. Un Tratado Internacional que establece el marco global para evitar cambios peligrosos del clima, con acciones para que el calentamiento global sea 1,5 °C al año 2050 y también para reforzar la capacidad de los países para hacer frente a sus efectos. Un acuerdo universal jurídicamente vinculante que entro en vigor el 4 de noviembre de 2016 al que se adhirió nuestro país mediante la Ley N° 27.270 que aprobó el Tratado.

Respecto de esos acuerdos internacionales nuestra Ley Suprema dice: Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de cada Provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las leyes o Constituciones Provinciales.

Dr. Raúl Osvaldo Coronel
Abogado Mat.764 STJ Chaco
Especialista en Evaluaciones Ambientales

El Acuerdo obliga para llegar a una neutralidad climática a fines del siglo, mediante la mitigación de gases que aumentan el efecto invernadero. Se debe reducir las emisiones para mantener la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales. Los científicos ahora dictaminan que debe ser 1,5 °C para reducir considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático. Que las emisiones globales alcancen su nivel máximo cuanto antes para lograr un equilibrio entre las emisiones y las absorciones en la mitad del siglo.

“Mitigar el cambio climático” significa evitar y/o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera para evitar el calentamiento global extremo, de seguir como hasta ahora, la temperatura podría aumentar 3°C al 2030. Mitigar implica aumentar los sumideros de carbono que son los bosques, los humedales, los suelos y naturalmente los océanos. Son recursos que la naturaleza tiene como mecanismo para equilibrar de forma natural el ciclo de carbono que produce el hombre.

Los sumideros mediante la fotosíntesis de las especies vegetales absorben del carbono (CO2) que se encuentra en el aire o disuelto en agua y, con la ayuda de la luz solar devuelven oxígeno a la atmósfera. No solo mediante la respiración de los humanos o por descomposición de materia orgánica se produce carbono, también son fuentes de emisión en gran escala, el consumo de combustibles fósiles, los incendios, la deforestación y/o el cambio de los usos del suelo. Esta última consiste en remover la cubierta vegetal original para usarla en la agricultura o en la ganadería con la consecuente pérdida de la biodiversidad y los servicios ambientales.

La decisión menos inteligente que podemos adoptar los humanos es no seguir las enseñanzas de la naturaleza que ofrece una solución para mitigar las emisiones de carbono, abonando a favor de su cuidado, protección, recuperación y aumento de esos recursos. Téngase en cuenta que en la mayoría de los casos, destruir los sumideros genera un doble perjuicio, como ser la deforestación hace que los bosques ya no actúen como sumideros, sino como fuentes de emisiones. Al cortarse la cobertura vegetal todo el carbono almacenado asciende a la atmosfera.

Los sumideros como agentes biológicos funcionaron sin alteraciones hasta que el ciclo del carbono comenzó a sufrir las consecuencias de la quema de combustibles fósiles y la deforestación entre otras, que aceleró el aumento de la concentración de carbono CO2 en la atmósfera. Una realidad no solo creció en el tiempo sino que se agravó desde los inicios de la Revolución Industrial hasta nuestros días. La concentración de carbono (CO2) en el aire pasó de 278 partes por millón (ppm) a 400 ppm. (Fuente: Global Carbón Project 2017).

Pero los sumideros tienen capacidad para absorber sólo una parte de las emisiones antropogénicas (de actividades humanas). Se estima según la ciencia que un poco más de la mitad del CO2 que emitimos a la atmósfera es absorbido de forma natural por bosques, humedales y océanos en conjunto. A su vez los sumideros tienen un límite para hacerlo, por ejemplo si los mares absorben demasiado dióxido de carbono, sufren un descenso del pH en el agua. Esta acidificación es una gran amenaza para la fauna marina, haciendo imposible la vida de muchas especies.

Es por eso que el Tratado de Paris sobre el Cambio Climático, obliga a los firmantes el cuidado y el aumento de los sumideros de carbono, adoptando medidas para conservarlos o protegerlos según corresponda los bosques y los humedales. La ciencia informa que el total de los humedales costeros pueden capturar y almacenar más de 200 toneladas métricas de carbono por año en todo el mundo. Estos ecosistemas almacenan entre el 50 y el 90 por ciento de este carbono en los suelos, donde puede permanecer durante miles de años si no se alteran.

Es uno de los tantos servicios ambientales que prestan los humedales como sumideros al almacenar carbono en sus suelos, pero también por su flora y fauna constituyen fuente de biodiversidad protegida por la Ley N° 24.375, que aprueba el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Un Tratado Internacional para la utilización sustentable del recurso y así satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Todas obligaciones jurídicas vinculantes para tener en cuenta al momento de Convenios y leyes sobre Regiones Hídricas.

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