“Día Mundial del Ambiente”, por Raúl Coronel
Todos somos responsables de tomar acciones para lograr mitigar este cambio global que afecta nuestro planeta.
Este día nos brinda la oportunidad de ampliar los conocimientos para una opinión ilustrada y una conducta responsable de las personas, empresas y comunidades en la preservación y mejora del ambiente.
El 5 de junio, Día Mundial del Ambiente nos obliga a divulgar y concientizar sobre la necesaria protección del medio por su importancia para la vida en la Tierra. Debemos ser conscientes de los daños producidos y cambiar nuestras acciones para lograr la recuperación de los ecosistemas degradados, dañados o destruidos. Conservar y reponer el capital natural restituye los servicios ecosistémicos para disfrute y uso de las generaciones presentes y futuras.
El tema de este Día Mundial 2021 se centra en la restauración de ecosistemas, clave para la recuperación de ecosistemas degradados. Los terrestres se caracterizan por la pérdida de vegetación y suelo; los acuáticos por aguas contaminadas donde pocas especies son capaces de sobrevivir. Siendo los ecosistemas el sustento de la vida en el planeta, su cuidado y protección repercute de forma directa en la salud de la Tierra y sus habitantes.
El Cambio Climático, el Calentamiento Global a causa del aumento del efecto invernadero por el aumento de las emisiones de carbono con el uso de combustibles fósiles y la deforestación, entre otros, impiden el desarrollo sustentable y sostenible. Un obstáculo para acabar con la pobreza.
El uso y vertido de sustancias tóxicas producen la contaminación marina. Los más comunes son derivados de la actividad humana: plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos y otros sólidos. Muchos de estos se acumulan en ríos y en las profundidades del océano, donde son ingeridos por pequeños organismos marinos a través de los cuales se introducen en la cadena alimentaria.
La quema de vegetación para ganar terreno para la agricultura o ganadería liberan a la atmósfera los gases que aumentan el efecto invernadero que provoca el cambio del clima. Contamina con monóxido y dióxido de carbono, óxidos nitrosos, metano, ozono, dioxinas y furanos, que aumenta las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. En el mundo mueren 7.000.000 de personas al año por causa de la contaminación atmosférica de este tipo.
Con la deforestación se pierde el hábitat de millones de especies. El 70% de animales y plantas que habitan los bosques no pueden sobrevivir a esta depredación. La tala genera las condiciones óptimas para la difusión de las plagas transmitidas por mosquitos, como la malaria y el dengue, con riesgo de epidemias. Una torpeza venenosa la fumigación, sólo mata una parte de mosquitos adultos, no afecta larvas, huevos y contamina el hábitat humano.
Todo lo que ocurre en el ambiente está relacionado, y la extinción de las especies es una de las consecuencias de todas las problemáticas que señalamos. El índice Planeta Vivo 2016 sostiene que la población del mundo de peces, aves, anfibios, mamíferos y reptiles disminuyó un 58% entre 1970 y 2012. Tiene relación directa con la destrucción de humedales, lugar donde se ha edificado, uso de la agricultura, o convertido en sumideros de aguas residuales.
El aumento de las especies en peligro de extinción y la reducción de la biodiversidad son dos cuestiones que deben preocuparnos. Al transformar selvas, bosques, matorrales, pastizales, manglares, lagunas, en campos agrícolas, ganaderos, granjas, caminos o en zonas urbanas destruimos el hábitat de miles de especies. Los ecosistemas más accesibles, productivos, con mejores suelos en lugares planos han sido los más transformados.
La pérdida de hábitat ocurre por el cambio de uso del suelo para actividades agrícolas, ganaderas, industriales, turísticas, etc., La introducción de especies no nativas (exóticas) se convierten en invasoras (plagas) es una causa muy importante de pérdida de biodiversidad. Al provenir de sitios lejanos depredan a las especies nativas, transmiten enfermedades, modifican los hábitats causando problemas ambientales, económicos y sociales.
Las sequías y otros fenómenos ambientales frenan la producción y el cultivo en condiciones normales. Con el fin de enmendar estos efectos y multiplicar la producción, se han sustituido los métodos de producción natural con el uso de sustancias químicas. Estos hacen que los alimentos sean de peor calidad y afectan negativamente a nuestra salud y la del ambiente.
En el mismo marco de celebración la ONU lanza el “Decenio sobre la Restauración de los ecosistemas 2021-2030”, con un objetivo más, el cuidado y protección de aquellos que aún están intactos. Los próximos diez años serán clave para detener y revertir la degradación ambiental de los ecosistemas del mundo. Nos permitirá mejorar nuestra calidad de vida, a erradicar la pobreza en el mundo y encaminar a la sociedad hacia un futuro más sostenible.
El Decenio es un proceso para recuperar su funcionalidad ecológica; mejorar la productividad y su capacidad para satisfacer las necesidades de la sociedad, la seguridad alimentaria, agua y conservación de la biodiversidad. Pilar de las convenciones ambientales internacionales , como la Convención Ramsar sobre los humedales amenazados por las grandes obras como en los Bajos Submeridionales e Hidrovía Paraná Paraguay.
Restaurar los ecosistema nos permite proteger la biodiversidad, su pérdida facilita la transmisión y propagación de patógenos procedentes de especies animales, como la COVID-19. Un Planeta sano es nuestro mejor antivirus. Es evidente la relación directa que existe entre la destrucción de la naturaleza y el aumento de pandemias. La crisis sanitaria nos enfrentará a una crisis social y económica, pero también la oportunidad de hacer las cosas mejor.