“Día Nacional de la “conciencia ambiental””, por Raúl Coronel
Se celebra cada 27 de septiembre para la formación de conciencia, afianzar actitudes y comportamientos responsables con el hábitat, con acciones desde la escuela, el hogar, los espacios públicos, las fábricas y servicios. Una oportunidad para fomentar el compromiso ambiental de reconocimiento, valoración y uso adecuado de los recursos naturales. La generación y aplicación de educación ambiental fomentando el uso ambiental responsable.
La efeméride nos obliga para reflexionar y redoblar los esfuerzos en cuidar el ambiente, la mejor manera de honrar el 27 de septiembre de cada año a las 7 personas fallecidas como consecuencia del escape de gas cianhídrico de las cloacas, ocurrido en la ciudad de Avellaneda Buenos Aires ese día de 1993.
Manuel Nuin y su esposa María Ángela estaban almorzando en su casa cuando comenzaron a sentirse mal. Llamaron su hijo Horacio que llegó con su esposa, Rosa Scala, la Dra. Bibiana Otero, el enfermero Orlando Cáceres y el camillero Roberto Voytezko de un servicio de emergencias. Murieron, todos, en pocos minutos porque habían inhalado un compuesto letal que emergía de la rejilla de la casa de la familia Nuin.
Se había vertido a las cloacas de modo irresponsable, componentes químicos que resultaron fatales, ácido sulfúrico y sales de cianuro se combinaron dentro de las cañerías para formar ácido cianhídrico que se filtró en forma de gas hacia la superficie. El gas cianhídrico, también llamado cianuro de hidrógeno, es un veneno muy potente y fue el responsable de la masacre ambiental en Avellaneda.
El cianuro de hidrógeno se produce en grandes cantidades en todo el mundo por la industria química, el cual es usado en tintes, explosivos, producción de plásticos, etc. Puede ser producido provocando la reacción entre un cianuro y un ácido fuerte, o directamente de amoniaco y monóxido de carbono.
Un transportista y el dueño del depósito donde se arrojaron ácidos fueron procesados por contaminación seguida de muerte, al igual que dos empresarios más. Se les aplicó la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos, pero ninguna denuncia judicial prosperó, entre sobreseimientos y causas prescriptas, no hay responsables criminales a la fecha.
La Ley N° 24065 argentina impone que en dicha fecha, se recuerde en establecimientos educativos primarios y secundarios, los derechos y deberes relacionados con el ambiente de la Constitución Nacional. Consisten en el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. Este último párrafo es la obligación impuesta.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural, de la diversidad biológica, a la información y educación ambientales. (…) Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.
Uno de los temas centrales de la gestión ambiental que nos ocupa, ha sido el estudio de la adquisición por la población de una conciencia ambiental, la que consiste en la formación de actitudes y comportamientos cuidadosos con el medio ambiente y los factores que facilitan u obstaculizan el desarrollo de estas orientaciones ecológicas.
Los modos de afrontar los problemas ambientales atraviesan diferentes entornos sociales y hacen que la percepción de los problemas generan patrones sociales diferenciados. Se debe generar conciencia, promover el cambio de hábitos y alentar la participación ciudadana en la difusión de las distintas herramientas de concientización y comunicación ambiental para generalizar un cuidado integral, atendiendo a una responsabilidad de todos.
Para poder combatir, solucionar y ganar la batalla ante los problemas ambientales originados por el ser humano, es necesario y fundamental hoy más que nunca, despertar esa conciencia en la sociedad ante la realidad ambiental que está degradando el único hogar como el Planeta Tierra, la salud y la calidad de vida de toda la humanidad.
Por esta razón, la conciencia ambiental es fundamental para poder resolver los problemas ambientales, ya que la misma es el entendimiento que tiene el ser humano de su impacto sobre el ambiente y sus recursos naturales. Es decir, comprender como las acciones diarias de la humanidad están poniendo en riesgo el futuro del planeta y de las presentes generaciones.
Para la formación de una conciencia ecológica es indispensable promover la educación ambiental, ya que es la que despierta el conocimiento de la realidad socio-ambiental, por medio de valores que fomentan el cuidado y valoración del entorno donde se vive.
No puede existir conciencia ambiental si hay un desconocimiento del ambiente, y si no se inicia la educación ambiental, pues el hombre seguirá haciendo uso inconsciente de todos los recursos naturales para sus intereses económicos y materiales. La conciencia ambiental busca en la población el conocimiento de situaciones ambientales adoptando actitudes, conductas, hábitos y prácticas de comportamientos responsables con su entorno.
Los residuos peligrosos no deben incorporarse al circuito de residuos domiciliarios, los que por sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas, puede causar algún daño a los seres vivos, al ambiente, contaminar el suelo, el agua y la atmósfera. En su caso, se debe llamar al 105 Emergencias Ambientales o a Bomberos para su retiro.
Son residuos peligrosos de uso en el hogar: medicamentos, productos farmacéuticos para la salud humana o animal, insecticidas, fungicidas, herbicidas, los que tienen cianuro, ácidos, con alquitrán, aceite y agua o de hidrocarburos y agua. Tintas, colorantes, pigmentos, pinturas, lacas o barnices. Resinas, látex, plastificantes o colas y adhesivos.