Incendios en Corrientes: la súplica de los obispos del NEA a la Virgen de Itatí

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Los prelados de la región pidieron a los hombres y mujeres de fe “intensificar la oración” ante la crítica situación. Las llamas ya afectaron más de 500.000 hectáreas

Los incendios que azotan a la provincia de Corrientes y que ya afectaron más de 500.000 hectáreas alcanzaron en las últimas horas los portales de acceso a los Esteros del Iberá. En este contexto, los obispos de la región Pastoral NEA expresaron su preocupación y pidieron “intensificar la oración”, mientras avanzan las llamas y no se esperan precipitaciones para los próximos días.

En un mensaje, los prelados expresaron su preocupación por la situación que se vive ante la falta de lluvias y que genera incendios que no solo ponen en riesgo la vida de personas y animales, y genera peligro en los hogares y daños cuantiosos en los campos.

Ante la dramática situación que vive nuestro pueblo, sobre todo en la zona rural a causa de los incendios, intensifiquemos la oración en nuestras comunidades”, expresan los obispos del NEA en un breve comunicado conjunto.

“Supliquemos la intercesión de nuestra Tierna Madre de Itatí para que cese esta calamidad, consuele a los que han sido damnificados por esta catástrofe climática, y suscite gestos efectivos de cercanía y solidaridad hacia aquellos que han sido más perjudicados”, señalaron.

 Las llamas ya afectaron más de 500.000 hectáreas

Así, los hombres y mujeres de fe han sido invitados por los obispos a incrementar la oración, pidiendo a Dios, principalmente, proteja a quienes combaten el fuego y a las familias afectadas.

El mensaje fue suscripto por Monseñor Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes; Monseñor Ramón Dus, Arzobispo de Resistencia; Monseñor José Adolfo Larregain, Obispo auxiliar de Corrientes; Monseñor Adoflo Canecín, Obispo de Goya; Monseñor Gustavo Montini, Obispo de Santo Tomé; Monseñor José Vicente Conejero Gallego, Obispo de Formosa; Monseñor Juan Martínez, Obispo de Posadas; Monseñor Damián Bitar, Obispo de Oberá; Monseñor Nicolás Baisi, Obispo de Puerto Iguazú; Monseñor José Macín, Obispo de Reconquista; Monseñor Hugo Barbaro, Obispo de San Roque (Sáenz Peña- Chaco).

La Virgen de Itatí visitará las parroquiasLa Virgen de Itatí visitará las parroquias

Además, por iniciativa del Arzobispo local, las imágenes peregrinas de la Virgen de Itatí visitarán los decanatos de la arquidiócesis, sus parroquias e instituciones eclesiásticas y civiles, en distintos puntos de la provincia.

Adjuntamos la versión retocada de la tradicional oración de la Tiernísima Madre, con la que se invita a rezar individualmente, en familia y en comunidad, durante estas visitas de la Virgen.

Súplica a la Virgen de Itatí en su visita a nuestro decanato

Ante los sufrimientos y angustias, que oprimen especialmente a nuestra provincia a raíz de los incendios y el Covid, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, implorando tu protección y tu consuelo.

Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia del coronavirus, como lo hiciste tantas de veces en la vida de nuestro pueblo correntino, y consuela a los que, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de los enfermos; y de aquellos que se encuentran confundidos y lloran la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma.

Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto, por las consecuencias en la economía y en el trabajo, a raíz del desastre ambiental que ocasionan los interminables incendios.

Ayúdanos a tomar conciencia de que esta querida Tierra es el gran recurso que Dios nos ha dado, no para ser desfigurada y explotada, sino para cultivarla y embellecerla, y en la que todos podamos vivir con dignidad.

Enséñanos a ser más fraternos y solidarios, especialmente con los afectados por estos males que hoy nos aquejan, para que salgamos generosos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria en las que vive nuestro pueblo.

Madre nuestra, concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús, para implorar por Él, con Él y en Él, al Padre de misericordia, que esta dura prueba termine y nuestra vida pueda reanudar su curso normal con serenidad, caminando en la fe, la oración y el servicio.

Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.

 

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