“Día Internacional de los Bosques” por Raul Coronel

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El Día Internacional de los Bosques se celebra el 21 de marzo de cada año y su principal objetivo, es crear conciencia de la importancia de cuidar y preservar todas las áreas forestales del planeta y con ello la supervivencia de todas las especies. La ONU afirma que los bosques cubren el 31 % de la superficie terrestre, nos procuran refugio, alimentos, combustible y medicinas y 1.600 millones de personas dependen directamente de ellos para su sustento.

Todos los bosques nos proveen de bienes y servicios sociales, económicos y ambientales, y a su vez contribuyen a la seguridad alimentaria, el mantenimiento de agua y al aire limpio, la protección del suelo y el desarrollo sustentable. Son indispensables para la biodiversidad, millones de especies de plantas y animales dependen de ellos para subsistir. Es importante avanzar en sistemas de gestión ambiental para proteger las áreas forestales del mundo.

 

Es íntima la relación entre los bosques y agua. Actúan como enormes esponjas absorbiendo el agua lluvia durante las temporadas húmedas y liberándola en las estaciones secas. El 75% del agua que utilizamos es suministrada por el sistema de filtración y almacenamiento que tienen los bosques, a través de sus raíces y hojas.

 

El 40% de las precipitaciones sobre la tierra se origina a partir del proceso de evapotranspiración de plantas y árboles, desempeñando funciones fundamentales en el suministro de agua de buena calidad. Filtran el agua que entra en ríos, lagos, y aguas subterráneas, eliminando los contaminantes y mejorando la calidad de las corrientes y la salud de las cuencas.

 

Absorben los nutrientes, los contaminantes del suelo y del agua a través de sus raíces, las transforman en sustancias más limpias. Mantienen la alta calidad del agua al reducir la erosión del suelo, los sedimentos y el riesgo de deslizamientos de tierra que pueden afectar las fuentes de agua dulce. Protegen las cuencas hidrográficas y como fuentes de almacenamiento de agua fortalecen la resiliencia a sequías, un síntoma negativo del CC.

 

En los ambientes boscosos, los suelos desarrollan una mayor capacidad de infiltrar y almacenar agua. La cobertura boscosa, aporta protección al suelo en cuanto al impacto de la lluvia disminuyendo la cantidad y energía del agua que llega al suelo. Aporta biomasa y condiciones de humedad y temperatura para el desarrollo de una biodiversidad que favorece a procesos de mantenimiento y mejora del suelo, estabilidad de la estructura, porosidad y aireación.

 

Bajo cobertura boscosa, el balance de formación del suelo es positivo, el bosque evita la pérdida de agua por escorrentía y potencia la infiltración, disminuyendo notablemente la erosión (pérdida de suelo), aporta y mantiene la materia orgánica. En conjunto, se favorecen procesos físicos, químicos y biológicos en el suelo que conllevan a mantenerlo útil al mismo bosque, y por tanto, al resto del ambiente.

 

Si se elimina el bosque el suelo se degrada haciendo incapaz de volver a mantener una vegetación similar. Las funciones protectoras y reguladoras de los bosques son muy reconocidas, en especial, las relacionadas con la biodiversidad, el suelo y el agua, a nivel mundial, pero la superficie boscosa disminuye con el paso del tiempo.

 

Los bosques tienen una gran influencia sobre el Cambio Climático CC, principalmente por su capacidad de alterar el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera. Absorben carbono presente en la atmósfera y este queda almacenado en la madera, las hojas y el suelo. Los bosques al igual que los océanos están considerados como “sumideros de carbono” por su capacidad de absorber y almacenar carbono durante largos periodos de tiempo.

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