«Educación y Periodismo Ambiental», por Raul Coronel

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Educación y Periodismo Ambiental son dos factores indispensables para lograr un “ambiente sano y equilibrado para esta y futuras generaciones”. Desde la Educación el Desarrollo Sustentable se logra enseñando el funcionamiento de los ambientes naturales para que los seres humanos podamos adaptarnos en ellos sin dañar a la naturaleza. Debemos llevar una vida que reduzca nuestro impacto sobre el ambiente y que permita la subsistencia del planeta.

Un periodismo ambiental que difunda los elementos para el Desarrollo Sustentable duradero (sostenible) de manera didáctica, comprensible, despertando la conciencia ambiental para que el ciudadano opine y decida con mejor conocimiento. Hacer comprender la realidad produciendo y sistematizando la información y el conocimiento; luchar contra las visiones fragmentarias de la realidad. Hacernos pensar; generar debates y discusiones.

Necesitamos saber y comprender que las cuestiones ambientales no son ni están de moda, los institutos que señalo son la base para educarnos con una capacidad crítica constructiva que lleve a la comunidad a rever sus propias acciones para una convivencia armónica con el ambiente. Necesitamos una nueva revolución, un nuevo cambio conceptual porque los desafíos ambientales requieren soluciones de estados, gobiernos, empresas, y personas.

La sociedad civil y los movimientos sociales luchan y reclaman por la contaminación del medio desde hace más de cien años, pero recién fueron escuchados a partir de los documentos que los Países plasmaron concretamente a partir de la Cumbre de la Tierra 1972. Cumbre que se dedicó a lidiar con los problemas ambientales más importantes generando el  inicio del derecho internacional ambiental más la sanción de leyes específicas.

Un documento en particular por sus consecuencias en derecho, es la Declaración de Estocolmo 1972 que dice: “El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras”.

“Los recursos naturales de la Tierra, incluidos el aire, el agua, la tierra, la flora y la fauna y especialmente los ecosistemas naturales, deben preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras mediante una cuidadosa planificación u ordenación. Debe mantenerse, restaurarse o mejorarse la capacidad de la Tierra para producir recursos vitales renovables”.

“El hombre tiene la responsabilidad especial de preservar y administrar juiciosamente el patrimonio de la flora y fauna silvestres y su hábitat, que se encuentran actualmente en grave peligro por una combinación de factores adversos. En consecuencia, al planificar el desarrollo económico debe atribuirse importancia a la conservación de la naturaleza, incluidas la flora y fauna silvestres”.

“Los recursos no renovables de la Tierra deben emplearse de forma que se evite el peligro de su futuro agotamiento y se asegure que toda la humanidad comparte los beneficios de tal empleo. Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de otras materias y a la liberación de calor, en cantidades o concentraciones tales que el medio no pueda neutralizarlas para que no causen daños irreparables a los ecosistemas”.

“El desarrollo económico y social (sustentable, no sostenible) es indispensable para asegurar al hombre un ambiente de vida y trabajo favorable y crear en la Tierra las condiciones necesarias para mejorar la calidad de la vida. Debe aplicarse la planificación a los asentamientos humanos y a la urbanización con miras a evitar repercusiones perjudiciales sobre el medio. Deben abandonarse los proyectos destinados a la dominación colonialista y racista”.

“Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos  al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana”. (Argentina dicto la Ley de Educación Ambiental después de 50 años)

“Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del medio humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos”. (20 años después se dictó la Ley General del Ambiente que prevé la información ambiental y hace 30 años está vigente)

Desde aquella Cumbre y a partir de la de 1992, incluido nuestro País, con el Tratado para la protección de la Biodiversidad y del Cambio Climático se dictaron un sinnúmero de leyes que cubren todos los aspectos para el Desarrollo Sustentable, el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Sólo hay que aplicarlas.

50 años después, la necesidad de acelerar la acción en favor del ambiente, la reducción de la pobreza y los derechos humanos es más urgente que nunca. Se llega a Estocolmo+50 sabiendo que algo debe cambiar, que si no cambiamos, la triple crisis planetaria del Cambio Climático, la pérdida de naturaleza, la biodiversidad, la contaminación y los desechos se van a acelerar quebrantando fatalmente el mundo en que vivimos.

Somos la última generación que debe cambiar sus conductas ambientales para favorecer a las generaciones futuras.

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