“La Preservación de la Capa de Ozono”, por Raúl Coronel

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La capa de ozono es una franja frágil de gas presente en la atmósfera superior, que protege a los seres humanos y otros seres vivos de los efectos nocivos de los rayos solares, la radiación ultravioleta (UV), contribuyendo a preservar la vida y el ambiente en el planeta.

El ozono está presente en pequeñas agrupaciones en toda la atmósfera pero su mayor concentración del  90% se da en la estratosfera, una capa de 10 a 50 km situada encima de la superficie terrestre. En la década de los años  setenta los científicos descubrieron que la capa de ozono se estaba agotando, por la que los países acordaron protegerla mediante el Protocolo de Montreal y la enmienda de Kigali (son leyes en Argentina).

 

La utilización durante años de ciertos productos químicos había dañado la capa, poniendo en peligro la existencia del ser humano y la del resto de seres vivos del planeta. Un esfuerzo internacional conjunto permitió la eliminación y reducción del uso de sustancias que agotaban la capa de ozono, ayudando no solo a protegerla para la generación actual, las venideras y de mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar al Cambio Climático.

 

Esos esfuerzos han protegido la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra. Con este acuerdo, se demostró que el multilateralismo y la cooperación mundial efectiva funcionan. Ahora, la capa de ozono se recupera poco a poco, permitiendo que siga protegiendo a la humanidad de la radiación ultravioleta del sol.

 

Diversos productos químicos de uso común resultaron ser extremadamente dañinos a la capa de ozono. Los halocarbonos son compuestos químicos en los que uno o más átomos de carbono están unidos a uno o más átomos de halógenos que pueden ser flúor, cloro, bromo o yodo. Los que contienen bromo por lo general tienen mucho mayor potencial de agotamiento del ozono (PAO) que aquellos que contienen cloro.

 

Los halocarbonos se usaron durante años en equipos de refrigeración, como propelentes de aerosoles, en la industria plástica, en la limpieza en seco y en los extintores de incendios. Son a su vez gases de efecto invernadero y por lo tanto contribuyen al Cambio Climático

 

Los productos químicos sintéticos con la mayor parte del cloro y bromo para el agotamiento del ozono son el bromuro de metilo, que se usa en la fabricación de otras substancias químicas y fármacos, en la extracción de aceite, y como fumigante y solvente. El metilcloroformo utilizada como disolvente para limpieza de metales.

 

El tetracloruro de carbono, se usó en la producción de líquido refrigerante y propulsor de aerosoles, como plaguicida, para limpiar y desgrasar, en extinguidores de fuego y para remover manchas.  Las familias de los halones, los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), todos usados en la refrigeración.

 

La confirmación científica del agotamiento de la capa de ozono impulsó a tomar medidas para proteger la capa de ozono, que se formalizó en el Convenio de Viena, aprobado y firmado por 28 países, el 22 de marzo de 1985. En septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. Este año se cumplen 35 años de la adopción de este Tratado.

 

El objetivo principal del Protocolo de Montreal es controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan la capa de ozono, con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base del progreso de los conocimientos científicos. Exige el control de casi 100 sustancias químicas y para cada grupo o anexo estableció un calendario para la eliminación gradual de la producción y el consumo, con el objetivo final de eliminarlas por completo.

 

Todos los calendarios de eliminación se han respetado en la mayoría de los casos, algunos incluso antes de lo previsto. La comunidad internacional celebra por haber sido el más exitoso de los acuerdos. Enmienda de Kigali es un nuevo acuerdo internacional de las Partes en virtud de la cual el 15 de octubre de 2016 en Kigali, Rwanda pactaron eliminar gradualmente los hidrofluorocarbonos (HFC) el principal gas usado en refrigeración.

 

Se ha cumplido progresivamente y se ha logrado sustituirlas por otros gases, pero lamentablemente los gases fluorados, gases F, no dañan la capa de ozono, pero tienen un impacto considerable en el calentamiento global. Todo está relacionado en lo ambiental con efectos sobre el Cambio Climático. El pasado 16 de septiembre fue el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, acontecimiento para concientizar y hacer cumplir la visión global del desarrollo sustentable.

 

Igualmente no está todo dicho, y los cuidados respecto de los niveles de radiación ultravioleta en la superficie terrestre, se debe seguir aplicando ya que son perjudiciales para la salud humana y el ambiente. Los efectos negativos incluyen el aumento de determinados tipos de cáncer de piel, cataratas en los ojos y trastornos inmunitarios. En verano evite tomar sol en el tiempo de mayor incidencia perpendicular de los rayos solares sobre la tierra que ocurre entre las 11 y las 16 horas.

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