Rosenda, la primera tatú carreta monitoreada en el Chaco

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El ejemplar, hallado en un campo de la provincia, es seguido mediante un dispositivo GPS en un estudio fundamental para obtener datos sobre su biología e información significativa para su conservación y la del monte.

En septiembre pasado, integrantes del Proyecto Tatú Carreta llevaron adelante la ardua tarea de capturar a una hembra de la especie (Priodontes maximus), a la que colocaron un GPS y monitorean por primera vez en la Argentina. La información que proporcione el monitoreo será fundamental para generar datos de su biología, información significativa para tomar medidas más eficientes para la conservación de esta especie emblemática y la del propio monte chaqueño.

Para tener más precisiones sobre el proyecto, CHAQUEÑA entrevistó a Yamil Di Blanco, investigador del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS) y del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA). Blanco es además el primer autor del estudio sobre el tatú carreta y principal referente en la especie en el país.

Rosenda y su especie

La inquietud del biólogo Yamil Di Blanco para conocer más sobre el tatú carreta arrancó a partir de un estudio similar sobre el oso hormiguero en la región, mediante el cual se contactó con científicos de Brasil que llevaron adelante un estudio sobre el tatú canasta en el país hermano.

“Arranqué con ellos con un estudio comparativo, porque trabajan sobre todo el pantanal y otras zonas de la región, y queríamos ver qué pasaba en la región chaqueña con el tatú carreta”, señala. Sobre el inicio del estudio, cuenta que “Primero trabajé con cámaras trampas, buscando evidencias indirectas del animal con la idea de poder capturar individuos y hacer un seguimiento más detallado de sus movimientos, y eso se logra a través de los sistemas GPS, que guardan la información dentro de una cajita que se le coloca en el caparazón del animal”, explicó.

Rosenda fue hallada en un campo de un productor ganadero, quien afortunadamente dio aviso al equipo de investigadores. Foto: Proyecto Tatú Carreta.

Finalmente, después de varios meses, llegó un aviso clave de un productor ganadero sobre la existencia de una cueva en su campo e indicios de la presencia de un ejemplar. “A este individuo (Rosenda) en particular no lo teníamos identificado. El dueño del campo nos avisó que había una cueva fresquita con un animal dentro. Entonces fuimos a monitorearlo con intento de captura y ahí fue cuando logramos dar con Rosenda”, relató.

El científico agradeció el compromiso del poblador: “Hicimos una campaña en agosto, de 20 días con mucho equipo, pudimos armar una trampa, pero no lo habíamos podido capturar. En este caso fue esencial el aviso, porque confiamos en que el animal estaba ahí y pudimos armar todo el protocolo para ubicar la especie”, valoró. Sobre los resultados que arrojará dicho monitoreo, Di Blanco precisó: “La idea es ver las características espaciales de la especie, qué áreas requiere, por qué hábitat prefiere circular, cómo se mueve en el ambiente, sobre todo donde no son áreas protegidas, para conocer cuáles son los factores que pueden afectar su presencia”. “Idealmente, nos va a dar la información de Rosenda y de varios más. Para que sea información confiable siempre necesitás varios individuos que manejen la variabilidad, pero normalmente, para tener rigor científico, necesitas tener más de un individuo. Aunque sea un individuo solo, nos va a decir al menos cuánta área necesita una hembra de tatú carreta”.

Monitoreos esperanzadores

Entrevistamos a Di Blanco a principios de octubre, cuando el investigador indicó que esperaba hallar más ejemplares de tatú carreta: “Espero de acá a dos o tres años poder monitorear al menos seis individuos. Idealmente, tres hembras y tres machos. Toda esta información debe ser publicada en una revista científica y para eso siempre necesitás tener datos robustos. Eso proviene de distintos individuos, en distintos lugares, pero siempre es útil tener varios individuos de diferentes sexos, en diferentes situaciones, entonces uno puede saber cómo se comporta una especie en general”, detalló.

Finalmente, Di Blanco anticipó que el mes pasado lograron hallar otro ejemplar hembra de tatú carreta, a la que bautizaron Vilma, que también comenzó a ser monitoreada. En el operativo participaron guardaparques del parque provincial Loro Hablador.

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