Contaminación acústica y salud

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Cuidemos el entorno quitando los ruidos para que nos ayude a mantener la salud tanto física como psicológica,
vivamos más en silencio. Más allá de las medidas que individual y colectivamente podemos adoptar para reducir
los niveles de ruido y disminuir los efectos negativos que tiene sobre nuestra salud, poner fin a la contaminación
acústica no es una tarea sencilla. Sin embargo, entre todos podemos ayudar a reducirla.

La contaminación atmosférica no es la única que tiene efectos perjudiciales para los seres vivos del planeta. La
contaminación acústica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es uno de los factores ambientales que
provoca más problemas de salud, con muertes prematuras y hospitalizaciones. Dice también que el ruido se
vuelve dañino si supera los 75 decibelios (dB) y doloroso a partir de los 120 db.
Las ciudades se han convertido en el epicentro de un tipo de contaminación, pese a su invisibilidad es muy
perjudicial para los seres humanos y animales. Obedece al tráfico vehicular, aglomeración de persona, comercio
ambulante, actividades industriales, obras en construcción, centros de diversión y los procesos electorales con la
propaganda partidaria, la música y las arengas. En nuestro caso, todos confluyeron muy fuerte en Av. Alberdi y la
peatonal.
Si es perjudicial para los humanos, también lo es para los animales. La contaminación acústica tiene un gran
impacto ambiental y notables efectos adversos en la vida salvaje. Según los expertos, el ruido puede perturbar los
patrones de reproducción, de amamantamiento e, incluso, contribuir a la extinción de algunas especies. Perversa
la contaminación acústica con vistas o tours nocturnos para ver la vida silvestre en los parques o bosques.
Este es el anuncio de empresas depredadoras. Durante la caminata nocturna se observan varios mamíferos, aves
e insectos que se comportan diferente en la noche siempre con sorpresas, pájaros durmiendo, mamíferos
nocturnos, y siempre muchos insectos interesantes. Al visitante se le proporcionan elementos como linternas y
demás para molestar a los animales. Estos negocios prosperan si hay demanda, no vaya, los animales sufren y se
mueren.
No todo sonido es considerado contaminación sonora. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como
ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). En consecuencia, se recomienda no superar los 65 dB
durante el día y para que el sueño sea reparador el ruido ambiente nocturno no debe exceder los 30 dB. El ruido
afecta a nuestra salud, cuidar el entorno nos ayuda a mantener la salud.
El ruido es un sonido articulado, que no cuenta con ritmo y que resulta desagradable produciendo diversos daños
en la salud. Pérdida auditiva o Hipoacusia, la que puede ser irreversible si la exposición es a más de 180 db. Los
acufenos, son los ruidos que se escuchan sin estímulos externos. Problemas cardiovasculares, cuando ocurre una
exposición de sonidos superiores a los 85 db habitualmente, de manera que puede aumentar la presión arterial.
Depresión, ocurre cuando se está expuesto a más de 50 decibelios durante la noche o más de un día completo.
Estrés, deviene al estar expuesto al ruido de manera constante, pudiendo aumentar la ansiedad que ya supone
afrontar el día a día. El sistema nervioso, también se puede ver afectado cuando ocurre una exposición al ruido de
manera constante. Falta de concentración, para el rendimiento laboral o estudiantil de quien lo sufre. Aumento de
secreciones hormonales (tiroides y suprarrenales) y también disfunción sexual.

Para contrarrestar ese sonido o conjunto de sonidos, sin armonía ni ritmo, que suele ser desagradable, indeseado
y molesto para el oído, se debe aislar el hogar de los ruidos exteriores. Se debe evitar utilizar auriculares.
Debemos controlar el volumen de todos nuestros dispositivos, y usar los equipos de protección adecuados para la
higiene y seguridad laboral cuando correspondiere. Procurar ambientes tranquilos para relajarse y meditar como el
campo.
Durante un período determinado de 24 horas, las personas están expuestas a una amplia gama de sonidos
fuertes, no solo los del trabajo, sino también los del hogar, la escuela y los lugares de recreación. Siempre se debe
utilizar un dispositivo de protección auditiva personal, como tapones para los oídos u orejeras con cancelación de
ruido. Además hay que tomar distancia respecto a la fuente de sonido o descansos para reducir la exposición al
sonido.
Los expertos nos dicen que el ruido no es un problema individual, sino colectivo y por lo tanto las medidas para
reducir su incidencia deben ser abordadas por toda la sociedad. La contaminación acústica afecta a todos y a
todos los niveles. Para concientizar sobre estos riesgos se estableció el último miércoles de abril como Día
Internacional de Concienciación sobre el Ruido, para darnos cuenta y cuidarnos del problema al que nos
enfrentamos.
Al manejar no toques la bocina de tu vehículo de manera indiscriminada. Usa un tono de voz adecuado al hablar y
al participar en alguna reunión social, es prudente controlar el volumen de la música. Lo podemos hacer
cambiando hábitos cotidianos como: disminuir el volumen de reproductores de audio, televisiones o equipos de
música, y mantenernos distanciados de los altavoces cuando asistamos a conciertos o discotecas.
Promovamos acciones responsables que contribuyan a crear ambientes sonoros saludables. La OMS estima que
un 80% de quienes habitan en las grandes ciudades sufre de un impacto acústico superior al recomendado.
Cuidemos nuestro ambiente sonoro para evitar los problemas de salud en las personas y animales.

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