«Asamblea mundial para el ambiente y día de los ríos», por Raúl Coronel

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La sexta edición de la Asamblea para el Ambiente afirma la intención sólida de la comunidad internacional de frenar el cambio climático, restaurar la naturaleza y la tierra, y crear un mundo libre de contaminación. Los países se comprometieron a negociar un instrumento internacional sobre la contaminación por plásticos.

Concluyó recientemente en Nairobi la sexta edición de la Asamblea de la ONU para el Ambiente con la aprobación de 15 resoluciones y dos decisiones que abarcan temas como la gestión correcta de productos químicos y residuos, detener la desertificación y la degradación del suelo y reforzar las políticas hídricas.

La Asamblea es el máximo órgano decisorio mundial en asuntos relacionados con el ambiente e incluye a los 193 Estados miembros de la ONU. Sus resoluciones se consideran un primer paso importante en el camino hacia los acuerdos ambientales mundiales y la elaboración de políticas nacionales que ocurrirán a medio plazo.

La sexta edición de la Asamblea registró 7000 delegados de 182 países, entre ellos 170 ministros, así como expertos, activistas y representantes de la industria. Los documentos acordados hacen un llamamiento para que se adopten políticas que permitan a la humanidad vivir de forma sostenible y reducir el crecimiento previsto en la explotación y uso de los recursos, mejorando el bienestar y reduciendo al mínimo las repercusiones ambientales.

La directora general del Programa para el Ambiente (PNUMA) señaló que los resultados representan un paso adelante en nuestros esfuerzos colectivos por frenar la triple crisis planetaria, tres problemas interrelacionados: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Cada uno con sus propias causas y efectos, convergen y se retroalimentan.

Día Mundial de los Ríos Libres.
El 14 de marzo se conmemora el “Día Mundial de los Ríos Libres” o “Día Internacional de acción contra las represas y en defensa de los ríos, el agua y la vida”. Fue adoptado por los participantes del Primer Encuentro Internacional de Afectados por las Represas, en el año 1997 en Curitiba (Brasil), en defensa de la libertad de los ríos, la salud de esos ecosistemas y la biodiversidad.

Cada año, para el Día Mundial del Agua se establece un lema que da identidad y marco a la efeméride. La consigna de este año es “sé el cambio que quieres ver en el mundo”, la cual invita a la acción colectiva por el cuidado del agua con una visión de gestión y gobernanza democrática de este líquido vital.

La fecha invita a visibilizar la importancia que tienen los ríos. Aunque la vida moderna nos aleje de sus orillas, todos los días nuestras acciones cotidianas se ven atravesadas por el uso de su recurso, de un valor inestimable e irremplazable. El agua potable se encuentra entre los recursos más críticos, debido a la estacionalidad con la que se encuentra disponible, y a su alta vulnerabilidad frente a la contaminación.

El objetivo de esta fecha es conocer el estado de nuestros ríos y reflexionar acerca del alcance que sobre el ambiente natural y social tienen las grandes obras, como las represas hidroeléctricas. En este sentido, se propone analizar y valorar de manera crítica que si bien estas construcciones producen avances y mejoras (generación de energía renovable) a la vez tienen un alto impacto sobre los bienes naturales y la salud de las poblaciones.

Las presas hidroeléctricas afectan notablemente a los ríos de llanura y a los climas tropicales y subtropicales. Al afectar el curso natural del agua, impide las migraciones de especies (ejemplo: el surubí, pacú y otros), generando desequilibrios en las redes tróficas. Un ejemplo, la presa Yacyreta sobre el Río Paraná, que para mitigar este impacto negativo inventaron un ascensor de peces con la idea que ingresen al ascensor para pasarlos al otro lado del rio.

La fluctuación periódica del nivel y del ritmo de las aguas para la operación de la represa imposibilita la adaptación de muchas especies. Atenta contra la capacidad de autodepuración del sistema, acentuando el riesgo de deterioro en la calidad del agua y favoreciendo la proliferación de especies de corto ciclo que pueden oficiar de vector de enfermedades, tales como la esquistosomiasis, una infección parasitaria crónica causada por gusanos.

La generación de grandes valles de inundación, afectan cientos y miles de km cuadrados perjudicando grandes porciones de los ecosistemas circundantes y poblaciones humanas. Cuando se construyen represas río arriba, se modifica el caudal del agua en los territorios aguas abajo. La crisis hídrica que atravesamos, afecta el abastecimiento del agua para los seres vivos, así como aumenta la sequía generalizada en las tierras aledañas.

Son cinco los ríos más importantes del mundo: El Amazonas con 7.020 kilómetros y discurre por Brasil, Colombia y Perú. El Nilo, es el segundo con una extensión de 6.671 kilómetros, pasa por Egipto, Sudán y Uganda. El Misisipi: Abarca 3.734 kilómetros. El Danubio, con una extensión de 2.850 kilómetros, es el más largo de Europa. Atraviesa Alemania, Austria, Hungría, entre otros. El Ganges con un largo de 2.500 kilómetros.

Los ríos más importante de Argentina son: Río Paraná, Río Uruguay, Río de la Plata, Río Paraguay, Río Pilcomayo, Río Bermejo, Río Salado, Río Carcarañá, Río Iguazú. Todos, de la mano implacable del hombre, que producto de su ignorancia los han saturado con desechos tóxicos y basura provoca un grave desequilibrio ecológico.

El derecho al agua es un derecho humano pero también un derecho para todas las especies ya que sin ella la sobrevivencia resulta imposible. Sólo desde una participación colectiva es posible implementar medidas de cuidado y protección sostenibles en el tiempo.

El objetivo de celebrar a los ríos del mundo y a quienes luchan por preservarlos, también para elevar voces contra proyectos de gestión de agua destructivos, recuperar el bienestar de nuestras cuencas hidrográficas, y exigir una gestión equitativa y sustentable. Desde la Educación Ambiental es fundamental trabajar junto a nuestros estudiantes en la reflexión crítica acerca de las amenazas que enfrentan nuestros ríos.

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