“Día mundial del recuperador ambiental” por Raúl Coronel
El 1 de marzo es el día mundial de reivindicación de los ciudadanos recicladores, hombres, mujeres y a veces niños que recuperan desechos para darles una nueva utilidad. En nuestro país cartonero, gari o catador en Brasil, reciclador en Colombia; segregador en Bolivia; ganchero en Paraguay; pepenador en México y centroamérica; guajero en Guatemala; cartonero en Chile al igual que nosotros y chambero en Ecuador o clasificador en Uruguay.
El día establecido fue durante el Congreso Internacional de Recicladores que se realizó en el año 2008 en Colombia con la concurrencia de 34 delegados de diferentes países. La fecha conmemora la muerte de más de diez trabajadores que en 1992 fueron asesinados dentro de la Universidad Libre de Barranquilla, cuando se los invitó a ingresar para recibir materiales de reciclaje. Un sobreviviente que escapó logró contar la historia a las autoridades.
Gente de la Universidad, con la promesa de entregar cartones, hacían entrar a recicladores y luego de golpearlos, incluido disparos de armas de fuego, los mataban para vender sus cuerpos a estudiantes de medicina. Rafael Hernández, quien se encontraba recogiendo latas cerca de la universidad, se hizo el muerto y logró escapar y denunciando lo ocurrido. Las autoridades policiales encontraron los cadáveres por muerte violenta.
Ocho años después de los hechos hubo condenas privativas de la libertad para varios implicados, otros fueros absueltos porque no se encontraron nexos entre estos y las circunstancias en que se cometieron los homicidios.
Ahora bien. Según la Organización Internacional del Trabajo OIT, más de 20 millones de personas en el mundo viven de la recolección y clasificación de residuos. Sin embargo, este oficio indispensable para el ambiente no es reconocido por la sociedad y por el Estado que lo invisibiliza haciendo que sus condiciones de desarrollo sean muy precarias.
El trabajo de los recuperadores urbanos, recicladores, cartoneros y también cirujas es fundamental en la vida cotidiana de todas las ciudades. Su labor de recolección, separación, acondicionamiento, comercialización de materiales, cartón, vidrio, plástico o aluminio contribuye en términos sociales, ambientales y económicos. Gracias a su actividad toneladas de estos materiales se insertan en el reciclaje.
Con el reciclaje se reduce exponencialmente el impacto ambiental, constituyendo a su vez dignas y genuinas fuentes de trabajo para familias enteras. A pesar de su importancia, en nuestras sociedades no se visibiliza ni se reconoce su trabajo, se estigmatiza, discrimina e inclusive se criminaliza esa actividad.
Los planes y programas de un Tratamiento Integral de Residuos en todas las naciones han ido aumentando en función del reciclado, actividad que también cobró mucha importancia. Pero el interés por las condiciones de trabajo de los recicladores y/o recolectores informales no aumentó en la misma proporción e intensidad.
El reciclaje es un proceso cuyo objetivo es convertir residuos en nuevos productos o en materia prima para su posterior utilización. Se previene el desuso de materiales potencialmente útiles, se reduce el consumo de nueva materia prima y el uso de energía. Previene la contaminación del aire por incineración y del agua a través de los vertederos (basurales). También se elimina las emisiones de metano, uno de los gases del calentamiento global.
La página oficial Mi Argentina reconoce que en nuestro país, son miles las y los cartoneros, carreros y recicladores que recolectan y tratan grandes toneladas de materiales reciclables al día evitando su disposición final en los más de 5 mil basurales a cielo abierto existentes. La gestión de residuos en nuestro país, aún requiere una política planificada que integre la cadena productiva del reciclado.
Que formalice además puestos de trabajo existentes y genere nuevos, desarrolle las economías regionales, logrando implementar sistemas locales de reciclado con inclusión social en todo el territorio nacional, fomentando entramados productivos de reciclaje y derechos sociales garantizados para los recuperadores urbanos.
La implementación de políticas de Gestión Integral e Inclusiva de los Residuos Sólidos Urbanos permitirá a los municipios no solo disminuir el impacto ambiental que los residuos generan, sino incluir a los recuperadores urbanos como actores fundamentales del reciclaje. No se trata de acopiar solamente cartones y prensarlos, es un proceso con obligaciones y responsabilidades para generadores, acopiadores, transportistas y predios de disposición final.
Estas medidas de protección y fortalecimiento de la gestión de residuos, se da en el marco de una estrategia integral que, junto al acompañamiento al trabajo de las y los recuperadores urbanos, se cierren los basurales a cielo abierto y se construya complejos socio ambientales para el tratamiento diferenciado y eficiente de los residuos.
La Gestión Integral es un sistema de manejo de los residuos sólidos urbanos para un desarrollo sustentable y sostenible, con el objetivo de reducir los residuos enviados a disposición final, proteger la salud humana y mejorar la calidad de vida de la población. Un método que se impuso luego de años de estudio y experiencias realizadas en el mundo. Idóneo para reducir sus impactos asociados minimizando potenciales daños al hombre y al ambiente.
Si cada persona genera alrededor de 1 kg diario de residuos urbanos y la población es más de 1 millón de habitantes, estaríamos produciendo 1.000.000 kilos diarios o 1.000 toneladas, sin contar lo residuos patológicos, industriales, electrónicos, cloacales etc. En este último caso, cada persona genera por día 1 litro/orina y 600 gr de heces, sería entonces 1.000.000 litros de orina y 600 toneladas de heces diarias, valores exponenciales a meses y años.
La ciudad de Resistencia con más de 300 toneladas diarias de residuos y todas las poblaciones del Chaco con lo propio, deben implementar el Tratamiento Integral de Residuos Sólidos Urbanos, la Ley N° 25.916 vigente desde 2004 y todos los demás tratamientos para los restantes residuos.