Parque Nacional Islas de Santa Fe: un paraíso autóctono a minutos de Rosario

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El área, de más de 4.000 hectáreas de extensión, cuenta con vegetación preservada desde hace décadas, alrededor de 150 especies de aves y casi 30 de mamíferos. Cómo acceder a los cupos para visitar este espacio verde santafesino

La apertura experimental al público del Parque Nacional Islas de Santa Fe tiene todo listo. El área, que cuenta con más de 4.000 hectáreas preservadas, abre la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda acercarse a conocer la amplia diversidad de especies de flora y fauna que habitan este sector de la provincia, sobre el que se proyecta aumentar la cantidad de espacio protegido a través de una ley nacional que ya tiene sanción definitiva. Los cupos para las visitas este fin de semana ya están cubiertos, pero volverán a habilitarse la semana que viene para quienes deseen visitarlo el fin de semana del 29 y 30 de julio.

En una recorrida por el lugar, La Capital asistió a la antesala de lo que será la apertura experimental para visitantes este fin de semana, que ya tiene cupos cubiertos pero que volverá a abrirlos para el último fin de semana de julio.

Parte del territorio sobre el que hoy se erige el parque nacional fue reserva provincial durante muchos años, por lo que presenta una vegetación única por su antigüedad. Hay ejemplares de ceibos de varios metros de alto, además de laureles que tienen copas enormes y son de difícil visualización en otros puntos del Delta.

La reserva provincial El Rico, ubicada en la isla homónima, fue una reserva de recursos de 2600 hectáreas. Pertenece al departamento San Jerónimo, se conformó en 1968 y desde octubre de 2010 forma parte del Parque Nacional Islas de Santa Fe. En tanto, en agosto del 2022 el Congreso nacional le dio sanción definitiva a un proyecto para ampliar el parque nacional. La propuesta provincial prevé duplicar la superficie actual del parque con el objetivo de avanzar en la conservación del área protegida y fomentar el impulso de actividades turísticas, científicas y educativas.

El Parque Nacional Islas de Santa Fe se compone por ocho islas con una extensión de 4.096 hectáreas, aunque el proyecto busca elevar el área protegida para que llegue a casi 10.000.

La provincia habilitó formularios de inscripción para quienes quisieran ser los primeros visitantes del parque nacional, pero los mismos se llenaron rápidamente. Se volverá a abrir la inscripción el lunes 24 para hacer visitas el fin de semana del 29 y 30 de julio. Las entradas son gratuitas y el horario de visita es de 9 a 17.

Tras un período de puesta a punto del lugar, que hoy exhibe mesas, baños y hasta un espacio fogonero para los días más fríos, el parque nacional permite las visitas de quienes quieran acercarse a conocer los dos senderos habilitados, “El timbó” y “La isla misteriosa”, de un kilómetro cada uno, a través de los cuales se puede observar la vegetación intacta y preservada por décadas, junto a la posibilidad de cruzarse con fauna del lugar. La premisa es contemplar sin perturbar el desarrollo de las especies del lugar.

El área de servicios invita a sentarse a tomar unos mates o comer algo en las mesas que se instalaron debajo de un pequeño bosque de aromitos, desde donde se puede ver el río y que queda a metros del ingreso a los dos senderos. El próximo paso será habilitar el camping en el lugar y ya está en construcción la proveeduría, por lo que quienes tengan pensado ir deben llevarse agua (no hay potabilizada en el parque) y comida suficiente para disfrutar de la jornada.

La única manera de llegar es en embarcación ya que es un parque nacional íntegramente insular. Desde Puerto Gaboto el viaje dura alrededor de una hora y, por el momento, no hay guías ni transportes náuticos habilitados para operar en el área del parque nacional, por lo que las visitas deberán ser particulares.

Para llegar, se debe considerar la distancia por el consumo de combustible. Desde Puerto Gaboto hasta la isla hay 31 kilómetros yendo por el arroyo El Ternero y 40 kilómetros en caso de optar por navegar sobre el río Paraná.

“La llegada de Parques Nacionales realza la actividad en la zona. Y gente que es de la zona y conoce el río tiene la posibilidad de descubrir un lugar que, capaz, no sabe que es un parque nacional”, dice el intendente del Parque Nacional Islas de Santa Fe, Guillermo Lier, guardaparques rosarino con experiencia en los parques nacionales Nahuel Huapi (Río Negro y Neuquén), El Impenetrable (Chaco) y El Rey (Salta), entre otros variados destinos del país.

De la recorrida también fue parte la licenciada en Recursos Naturales Paula Frassón, que forma parte del equipo de conservación. “Hay entre 150 y 200 especies de aves, y entre 20 y 30 de mamíferos distintos”, explica.

 

Entre la fauna de la isla hay lobitos de río, carpinchos y zorros, que fueron parte de la experiencia merodeando por las mesas que ya están instaladas para que usen los visitantes. Con la misma soltura se presentaron en las ramas de los aromitos algunos ejemplares de pepiteros.

En el mismo lugar se pueden encontrar víboras y otros animales “potencialmente peligrosos”, según indicaron desde la administración. Lejos de asustar a los visitantes, la idea es que si alguien se encuentra con este tipo de ejemplares se aleje, no lo moleste y avise al personal del parque.

Por su parte, recuerdan que la fauna es silvestre y recomiendan mantener la distancia y no intentar tocarla o alimentarla, además de que está prohibida la visita con drones. La contemplación visual de la naturaleza es una experiencia en sí misma.

Puntos a tener en cuenta

Al ser un área que recién comienza a utilizarse para la llegada de visitantes, desde la administración del parque nacional destacaron una serie de cuestiones para quienes decidan acercarse hasta el lugar.

La generación de residuos y su correcta disposición es un punto fundamental. La administración remarca la necesidad de que cada visitante lleve una bolsa para juntar la basura que genere y, en relación a este punto, que los fumadores no arrojen colillas en el suelo. Lo ideal es que las apaguen correctamente y las guarden en la misma bolsa que llevarán para juntar los residuos. Una sola colilla puede contaminar el suelo y el agua, además de que puede provocar incendios forestales.

No hay red eléctrica en el lugar, hay señal en puntos muy determinados del parque y sólo para ciertas compañías, por lo que los visitantes deberán considerar esto antes de embarcarse.

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